AUMENTAN LAS AMENAZAS CONTRA LAS MUJERES DEFENSORAS DE DERECHOS HUMANOS EN COLOMBIA

Las amenazas de los últimos días emanadas del grupo paramilitar las Aguilas Negras contra las organizaciones sociales convocantes de la marcha del pasado 6 de marzo en favor de las víctimas del conflicto armado en Colombia, constituyen una evidencia más de la persecución sistemática de las defensoras de derechos humanos, y se suman a la larga serie de agresiones, persecuciones y homicidios que han sufrido las activistas de derechos humanos en Colombia durante varias décadas.

 

 

Las amenazas de los últimos días emanadas del grupo paramilitar las Águilas Negras contra las organizaciones sociales convocantes de la marcha del pasado 6 de marzo en favor de las víctimas del conflicto armado en Colombia constituyen una evidencia más de la persecución sistemática de las defensoras de derechos humanos, y se suman a la larga serie de agresiones, persecuciones y homicidios que han sufrido las activistas de derechos humanos en Colombia durante varias
décadas.

Organizaciones como la Asociación Nacional de Mujeres Campesinas, Indígenas y Negras de Colombia (ANMUCIC) – la asociación de mujeres campesinas más importante de Colombia, con casi 90.000 mujeres afiliadas y trabajo en 27 departamentos del país – ha sufrido una persecución sistemática por parte de los grupos para- militares. Muchas de sus asociadas han sido víctimas de violaciones a sus derechos humanos y varias de sus más importantes dirigentes han tenido que exiliarse.

Los ataques sufridos por ANMUCIC la han obligado a paralizar su trabajo en varios departamentos de Colombia como Córdoba, Valle del Cauca, Meta, Casanare, Magdalena y Norte de Santander, sumiéndola en riesgo inminente de desaparición.

La Organización Femenina Popular (OFP) – organización de mujeres fundada hace 35 años que desarrolla trabajos sociales con comunidades campesinas y populares y proporciona ayuda humanitaria a familias desplazadas- ha sido perseguida directamente: sus líderes han sido víctimas de amenazas, atentados y homicidios. Varias de ellas han debido tomar el camino del exilio.

Tales violencias y persecuciones contra dos de las más importantes organizaciones de mujeres de Colombia llevaron a que la Comisión Interamericana de Derechos Humanos tomase en el año 2001 ciertas medidas cautelares a favor de ANMUCIC,
y en el año 2003 a favor de la OFP para la protección de las integrantes de la organización

 

 

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