Demanda de las Islas Marshall: Voz de esperanza desde un paraíso olvidado

Demanda de las Islas Marshall: Voz de esperanza desde un paraíso olvidado

Se trata de la demanda presentada por la República de las Islas Marshall ante la Corte Internacional de Justicia de La Haya contra nueve potencias nucleares, acusándolas de violar el Tratado de No Proliferación Nuclear (TNPN) suscrito en 1968. En esta acción acusa a EE.UU., China, Francia, Reino Unido, Rusia, Israel, la India, Pakistán y Corea del Norte de “violaciones flagrantes” de la legislación internacional. El Colectivo de Abogados José Alvear Restrepo saluda esta acción histórica, convoca a rodear al pueblo y al gobierno de las Islas Marshall y exige a las autoridades colombianas, especialmente al jefe de estado electo a pronunciarse sin vacilación en apoyo de esta iniciativa en pro de la paz mundial, como derecho de la humanidad y deber de los gobernantes.

 

Entre la maraña de noticias sobre los problemas de Ucrania, la guerra civil en Siria, el sempiterno conflicto israelí-palestino y muchos otros asuntos que copan la atención de la prensa mundial, hacia fines de abril apenas mereció una mención un hecho de la mayor trascendencia internacional.

Se trata de la demanda presentada por la República de las Islas Marshall ante la Corte Internacional de Justicia de La Haya contra nueve potencias nucleares, acusándolas de violar el Tratado de No Proliferación Nuclear (TNPN) suscrito en 1968. En esta acción acusa a EE.UU., China, Francia, Reino Unido, Rusia, Israel, la India, Pakistán y Corea del Norte de “violaciones flagrantes” de la legislación internacional. Más precisamente, se les imputa estar modernizando sus arsenales nucleares y adaptarlos al siglo XXI en vez de negociar el desarme, tal y como aseguran en su retórica pública. Según calculan, estas naciones juntas invertirán 1 billón de dólares en su armamento atómico a lo largo de los próximos diez años.

Además de su reclamo en La Haya, este microestado del Pacífico presentó en San Francisco una demanda federal contra EE.UU.

¿Quién y de dónde salió este david que desafía a los goliats atómicos utilizando las armas de la razón, la justicia y de una ética defensora de la vida no solamente de los seres humanos sino de todas las formas vivas de nuestro planeta y de la tierra misma?

Perdidas en la inmensidad del Océano Pacífico, forman parte del archipiélago conocido como Micronesia. Al igual que las demás islas del área fueron pobladas en la prehistoria por navegantes provenientes del sudeste de Asia. En el siglo XVI el primer europeo que las visitó fue Fernando de Magallanes y de allí en adelante sufrieron la dominación de España, Alemania, Japón, para finalizar bajo la administración de Estados Unidos al terminar la Segunda Guerra Mundial, bajo la forma de fideicomiso en nombre de las Naciones Unidas.

Con 181 kilómetros cuadrados y una población de 70.000 personas, en medio del mar azul y una exuberante vegetación en la que por supuesto no pueden faltar las palmeras, este paraíso oculta su lado oscuro y no propiamente por culpa de sus habitantes.

La serpiente no vino de los hermosos cocoteros ni estaba agazapada en el árbol del pan. Llegó por el aire en flamígeros cohetes disparados desde California, a más de siete mil kilómetros de distancia, que con la velocidad del rayo cayeron profanando los prístinos atolones y las hermosas albuferas. En el territorio del archipiélago, convertido por sus flamantes “administradores” en polígono nuclear tuvo lugar un total de 67 pruebas atómicas durante 12 años, lo que causó catastróficos efectos irreparables en la salud de la población y en el medio ambiente de la zona.

Aunque tienen todo el derecho de reclamar indemnización, los marschalianos no pretenden reparaciones económicas sino que sus demandas buscan alertar a toda la humanidad mediante esta lucha “para que nadie más en la tierra experimente jamás tales atrocidades”, de acuerdo a lo que expresa su ministro de Exteriores, Tony de Brum.

¡Qué ejemplo de grandeza, dignidad y visión el que nos da este pequeño país !
Ojalá el efecto mariposa de este aleteo de esperanza proveniente del inmenso mar repercuta en todos los rincones del mundo.

Frente a esto tiene la palabra, no solamente la Corte Internacional de Justicia sino la comunidad mundial, los estados y especialmente la población misma del planeta pues por fin se oye una voz sensata y no la cacofonía de los grandes poderes que han saturado el orbe con miles de cohetes que pueden destruir varias veces la vida y poco hacen para llevar a la práctica el objetivo y principal mandato del Tratado que es la eliminación total del arma y del peligro nuclear.

El Colectivo de Abogados José Alvear Restrepo saluda esta acción histórica, convoca a rodear al pueblo y al gobierno de las Islas Marshall y exige a las autoridades colombianas, especialmente al jefe de estado electo a pronunciarse sin vacilación en apoyo de esta iniciativa en pro de la paz mundial, como derecho de la humanidad y deber de los gobernantes.

Así se actuará en concordancia con el imperativo de salvar el planeta y lograr la paz de Colombia, como segunda oportunidad para una generación condenada a decenios de atroz violencia entre hermanos.

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