EL SOFISMA DE LA LUCHA CONTRA LAS DROGAS CONTINÚA. NUEVA OLA DE FUMIGACIONES EN EL MAGDALENA MEDIO

Según lo han informado miembros de la Asociación Campesina del Valle
del Río Cimitarra (ACVC) a la Agencia Prensa Rural, desde el pasado martes 19 de
septiembre empezó a fumigarse indiscriminadamente con glifosato en las
veredas de Montecarmelo y Caño Frío, en jurisdicción del municipio de
San Pablo (Sur de Bolívar).

 

Según lo han informado miembros de la Asociación Campesina del Valle
del Río Cimitarra (ACVC) a la Agencia Prensa Rural, desde el pasado martes 19 de
septiembre empezó a fumigarse indiscriminadamente con glifosato en las
veredas de Montecarmelo y Caño Frío, en jurisdicción del municipio de
San Pablo (Sur de Bolívar).

Las fumigaciones en el Magdalena Medio se llevan a cabo anualmente
desde el 2001. En abril y agosto de ese año se dieron las primeras
fumigaciones del Plan Colombia en esta región, siendo afectadas 1.439
hectáreas, de las cuales solo 516 hectáreas correspondieron a cultivos
de coca. En esa ocasión 923 hectáreas de cultivos de pancoger,
potreros, selva húmeda, quebradas y ciénagas fueron regados con
glifosato, un herbicida producido por la multinacional de alimentos
trasgénicos y herbicidas Monsanto. Estas fumigaciones y las que se han
realizado cada año, según los voceros campesinos, “solo produjeron
miseria y el desplazamiento de centenares de campesinos que se vieron
privados de los animales, la comida y el agua”.

De acuerdo a las fuentes oficiales se aspira a fumigar unas 7 mil
hectáreas en Puerto Berrío, Yondó, Puerto Nare, Cantagallo, San Pablo,
Santa Rosa y Simití, en el Magdalena Medio.

Antes del 2001 en el territorio de la Zona de Reserva Campesina del
Valle del Río Cimitarra, que comprende zonas rurales de los municipios
de Yondó, Cantagallo, San Pablo y Remedios, existían unas 1.500
hectáreas de cultivos de hoja de coca. Pese a las fumigaciones,
paradójicamente, los cultivos se han multiplicado en esta zona y en
toda la región del Magdalena Medio, donde el propio gobierno habla de
la existencia de 12 mil hectáreas de cultivos de uso ilícito.

Mientras continúan las medidas represivas contra los productores de
hoja coca y los consumidores de cocaína, los grandes carteles de
narcotraficantes en Colombia (los grupos paramilitares), Estados
Unidos y Europa continúan operando con la connivencia de los poderes
locales, lavando miles de millones de dólares en paraisos fiscales de
todo el mundo, dineros que a la postre son invertidos en los circuitos
del capital.

El fracaso de las fumigaciones se evidencia en que la producción anual
de cocaína en Colombia se mantiene aproximadamente en 776 toneladas al
año, muy por encima de los cálculos de las autoridades antidroga de
Colombia y de Estados Unidos, según un estudio publicado este año con
el apoyo de Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito
(UNODC) y el Departamento de Agricultura de Estados Unidos.

De otro lado, el fracaso de la política represiva de las fumigaciones
se puede ver en los precios de la cocaina al por mayor en las ciudades
norteamericanas y europeas, donde se ha mantenido en 35 mil dólares y
50 mil euros por kilo, respectivamente. Al menudeo en Barcelona un
gramo de cocaína ya vale 80 euros, 60 dólares en Londres, en las
calles de Nueva York se puede conseguir cocaína desde 40 a 170 dólares
el gramo, según su calidad.

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