El proceso de extradición se sigue dilatando de manera inexplicable, y en perjuicio de las víctimas, la justicia y la sociedad colombiana. El presidente Santos tiene el deber como jefe de Estado de contribuir a que María del Pilar Hurtado sea puesta a disposición de la justicia colombiana, de hacer cumplir las reglas del Tratado de Extradición suscrito entre Panamá y Colombia en 1928, y de pedir una rectificación urgente de la decisión de la Interpol para que se haga viable la circular roja que permita su captura.

 

Ante el rechazo del gobierno panameño -a través de su vicepresidenta y canciller- de la solicitud de extradición de Ma. Del Pilar Hurtado, le pedimos al gobierno colombiano, en cabeza del presidente Juan Manuel Santos, que en la visita que realiza desde el viernes 25 de julio a Panamá, solicite formalmente la captura de la ex funcionaria del Das, y, adelante todas las gestiones necesarias para que se concrete su deportación hacia Colombia, o bien, se inicie el proceso de extradición.

El abogado Ángel Álvarez, quien demandó la inconstitucionalidad del asilo de Ma. del Pilar Hurtado en Panamá ha dejado claro que la respuesta a la solicitud de extradición, contemplada en la resolución No. 3 del 3 de febrero de 2012, por medio del cual se “rechaza” la solicitud de extradición de María del Pilar Hurtado Afanador, es inexistente porque se hizo violando la ley panameña que preveía que las respuestas a la solicitudes de extradición debían darse por la Corte Suprema de Justicia y no por la Cancillería, como ocurrió en ese momento. “La no extradición de Ma. Del Pilar Hurtado no puede excusarse con base en una norma derogada” afirma el abogado Álvarez.

El proceso de extradición se sigue dilatando de manera inexplicable, y en perjuicio de las víctimas, la justicia y la sociedad colombiana. El presidente Santos tiene el deber como jefe de Estado de contribuir a que María del Pilar Hurtado sea puesta a disposición de la justicia colombiana, de hacer cumplir las reglas del Tratado de Extradición suscrito entre Panamá y Colombia en 1928, y de pedir una rectificación urgente de la decisión de la Interpol para que se haga viable la circular roja que permita su captura.