Feliciano Valencia

Nació en 1955 en el resguardo de Canoas, municipio de Santander de Quilichao. Es uno de los nueve hijos de Claudio Valencia y Fidelina Medina, esclavos del norte del Cauca y de allí sus apellidos impuestos por sus amos.

De niño cumplía labores en la parcela de la familia y nadaba en el río. Su adolescencia la dedicó a recorrer el país trabajando como jornalero recolector de café en Antioquia y de algodón en Tolima. Luego regresó a Toribío y comenzó su trabajo comunitario. Uno de sus inspiradores fue el sacerdote indígena Alberto Ulcué Chocué, asesinado en 1984 por defender el proceso de restitución de tierras a manos de los indígenas. Fue Guardia indígena, alguacil, secretario y Gobernador de Cabildo.

En 1991, Valencia fue uno de los fundadores del proyecto comunitario Plan de Vida Yu´Lucx, que buscaba unir a los resguardos de Munchique, Los Tigres y Canoas (todos en la zona rural de Santander de Quilichao, donde nació Valencia para hacer frente a la exclusión de los indígenas a la atención hospitalaria y escolar y como una forma de luchar en contra de las constantes divisiones entre los líderes indígenas.

En este contexto se perpetró la masacre de Caloto, donde 20 indígenas fueron asesinados después de ser engañados por los propietarios de la Hacienda El Nilo quien los citó para una conciliación sobre estos territorios patrimonio del Pueblo Nasa.

En el año 2000, el líder indígena Feliciano Valencia Medina recibía el Premio Nacional de Paz. Lo aclamaban por ser un ejemplo de resistencia pacífica en el Cauca.

Entre 2007 y 2009 hizo parte de la Consejería Mayor (máxima autoridad indígena) del Consejo Regional Indígena del Cauca (Cric) Fue uno de los líderes más destacados de la minga nacional indígena de 2008 cuando más de 4 mil indígenas se movilizaron para exigir al gobierno Uribe responsabilidad por los incumplimientos en los acuerdos con los pueblos indígenas. En el 2010, cuando fungía como gobernador del cabildo, la comunidad le pidió que renunciara para aspirar a la Alcaldía de Santander de Quilichao.

Valencia siempre ha defendido la autonomía indígena, el rescate de sus tierras y sus costumbres ancestrales, y la capacidad de los indígenas de administrar su propia justicia.

Hoy el líder indígena Feliciano Valencia se encuentra en prisión, condenado a 18 años, debido a que un magistrado del Tribunal decidió que él era “coautor” de secuestro por haber apoyado la coordinación de una asamblea a través de la cual la comunidad indígena, reunida en el territorio de La María Piendamó, Cauca, ejerció su jurisdicción especial. Hoy cumple esa condena injusta en el centro de armonización Gualanday.

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