¡Las niñas también son mujeres!

¡Las niñas también son mujeres!

Con el lema, «Igualdad para las mujeres: progreso para tod@s», las Naciones Unidas nos recuerdan que “El Día Internacional de la Mujer es un buen momento para reflexionar acerca de los avances logrados, pedir más cambios y celebrar la valentía y la determinación de mujeres de a pie que han jugado un papel clave en la historia de sus países y comunidades”.

 

Las organizaciones que trabajamos con las niñas y mujeres por la vigencia de sus derechos consideramos que ésta fecha es también una oportunidad para reflexionar sobre la situación de las niñas y sus derechos, porque de acuerdo a lo planteado por plan en su informe “Por ser niñas” 2012 “Mientras que las mujeres y los niños son reconocidos en la política y en la planificación, las necesidades particulares y los derechos de las niñas son a menudo ignorados”.

Las niñas nacen y crecen en contextos y realidades complejas, son sometidas a prácticas culturales, ritos y normas que vulneran su dignidad, viven en relación de desigualdad con respecto a los niños, tienen dificultades para acceder a la educación y mantenerse en la escuela, son víctimas de múltiples formas de violencias y crecen en condiciones de pobreza y por esto, el cumplimiento de sus derechos está aún lejos de ser una realidad, incluso con respecto a los niños y de garantizarse el disfrute y ejercicio pleno de los mismos en las comunidades donde crecen.

Estas situaciones y realidades de las niñas son invisibles ante las familias, las instituciones, las sociedades y los gobiernos, los cuales encubren y legitiman con ideologías, fundamentalismos, prácticas culturales y frías estadísticas los altos índices de vulneración de derechos que viven las niñas de todas las culturas y países del mundo, por efecto de los conflictos armados, la pobreza, el machismo y el sexismo, la violencia de género y la explotación sexual comercial entre otras.

Son invisibles ellas y sus realidades desde las lógicas culturales y patriarcales y desde los imaginarios y paradigmas adultocéntricos que no las reconocen como sujetas sociales y sujetas de derechos, incluso como mujeres, son invisibles además, porque según lo planteado en el texto: Niñas visibles contra toda forma de violencias (Funsarep, 2013):

“En las ciencias sociales, detrás de su pretendida neutralidad, los conceptos suelen ser encubridores; por ejemplo, la juventud, la niñez, la infancia… son términos que encubren las diferencias y desigualdades. Se hace una concesión con el lenguaje incluyente: ahora decimos “los y las”, “niños y niñas” y tal vez creemos que con eso está todo solucionado… Ese lenguaje es necesario, está bien la inclusión, pero no borra la desigualdad real, Hay que ser muy conscientes de lo que está detrás del lenguaje.

Ciertamente, niños y niñas son víctimas de la pobreza extrema, del abuso en múltiples formas, pero… las niñas pobres del mundo son sin duda, profundamente discriminadas por su condición de mujeres, su condición etárea y su clase social”.

Esta neutralidad e invisibilización social, cultural y política de las niñas tiene profundos efectos en su desarrollo tanto individual y colectivo, pero la niñas se forman, se organizan y movilizan precisamente para manifestar y hacer visible sus derechos, porque ellas se consideran protagonistas, con voz propia, con vivencias, sueños y esperanzas de que el mundo sea mejor para ellas y para todos/as
Funsarep, como organización de la sociedad civil, en su Acción por una Vida sin Violencias hacia las Niñas y las Mujeres, y contra la Impunidad viene desarrollando diversas propuestas orientadas a la exigibilidad de los derechos de las mujeres a la paz, a una vida libre de violencias, a la Verdad, Justicia y Reparación para las mujeres y las niñas víctimas, entre ellas, acciones de Acompañamiento Legal y Psicosocial que fortalezcan sus capacidades para el acceso a la justicia y a una vida libre de violencias.

Por otra parte, desde su proyecto de Auditoria social al cumplimiento de los derechos de las niñas y Niños viene desarrollando procesos orientados a capacitar, fortalecer la organización y participación de niñas y niños para la defensa y exigibilidad de sus derechos en los espacios cotidianos y el impulso de acciones de control social y rendición de cuentas ante las autoridades para el cumplimiento de derechos humanos y las políticas creadas para garantizarlos. En esta iniciativa damos importancia a la participación e inclusión de las niñas en los procesos de participación y auditoria social.

En el marco de la conmemoración del día internacional de la mujer el 8 de marzo afirmamos el derecho que tienen a una Vida libre de violencias y a que se cumplan todos sus derechos y hacemos eco de su pronunciamiento por el derecho a tener derechos y que expresan en sus propias palabras que reflejan sus sueños y esperanzas:

“Nosotras, las niñas y adolescentes queremos un país de oportunidades donde después de finalizar la etapa escolar, tengamos acceso a la educación superior, y más adelante tengamos posibilidades de empleo.

Queremos que nuestras voces se hagan escuchar y que nuestros derechos dejen de ser vulnerados y se tengan en cuenta.

Las niñas queremos tener una situación económica más favorable para estudiar y poder pagar nuestra educación, tener una vivienda digna y muchos alimentos.

Las niñas y adolescentes no queremos sentir miedo al salir a las calles, queremos que los demás respeten nuestro cuerpo y no nos comercialicen como un producto.

Queremos vivir en un país en paz, sin confitos, sin hombres armados, sin abusadores y sin desplazamientos. Queremos estudiar y no sentir miedo al andar por las calles.

Nosotras las mujeres-niñas queremos tener un mejor futuro para nuestro bienestar”*. (Textos de niñas participantes en el proceso niñas visibles, Funsarep-oct 2013)

“¡LAS NIÑAS QUEREMOS SALIR ADELANTE!”

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