660 movilizaciones anuales, en promedio, ha habido en Colombia desde el año 2002. La mayoría de ellas han tenido lugar en Bogotá. Protección de Derechos, Acuerdo Humanitario, justicia y reparación para las víctimas son las principales motivaciones de esas movilizaciones.

 

 

Pero también la ineficiencia en la prestación de servicios públicos domiciliarios, las políticas públicas consideradas lesivas, la carencia de suelos urbanizados y de vivienda, el precario acceso ala salud y los problemas de la seguridad ciudadana, la deficiente gestión y al corrupción, han sido otras de las demandas incluidas en estas luchas sociales.

Así se desprende del Informe “Continuidad o Desembrujo” siete años del gobierno de Álvaro Uribe Vélez, presentado la noche del 10 de diciembre, Día Internacional de los Derechos Humanos, para dar cierre a las doce horas de activismo social que realizaron las organizaciones sociales colombianas de derechos humanos y de paz, para conmemorar esta fecha.

El capítulo dedicado a las luchas sociales en Colombia es uno de los seis que conforman esta sexta edición de la serie “Embrujo” que se inició en el año 2003, con el “Embrujo Autoritario”, y que ha hecho un seguimiento a las políticas de los dos periodos del actual gobierno, en materia de vigencia de los derechos humaos, económicos sociales y culturales en Colombia.

Alirio Uribe, del Colectivo de Abogados José Alvear Restrepo y Libardo Sarmiento, analista económico y filósofo, fueron los encargados de presentar y comentar el informe que analiza el contexto actual, el régimen político, la Seguridad Democrática, la mercantilización del territorio, la situación de las poblaciones: mujeres, jóvenes, pueblos indígenas y afrodescendientes, así como las luchas sociales en Colombia.

Las mujeres fueron las encargadas de leer en voz alta una de las crónicas, incluida en el informe, y que relata los orígenes y el proceso de la Minga de Resistencia Social y Comunitaria que iniciaron los Pueblos Indígenas y que se ha convertido en emblema de la movilización social en el país.

Los comentaristas destacaron la crisis política e institucional, la persecución contra la oposición y el avance de un modelo de desarrollo que no garantiza los derechos a las mayorías populares, como los principales desafíos en el reto de superar el embrujo del autoritarismo y evitar la continuidad de su proyecto de poder.