En la ranchería Wasimal, ubicada en el corregimiento de Waren Waren, del municipio de Albania, departamento de la Guajira, se llevará a cabo el próximo viernes 21 de enero, la conmemoración de la masacre de Albania, en la que hace cinco años, miembros del Gaula – Guajira, DAS – Fonseca y funcionarios del CTI, en un operativo conjunto, además de ejecutar extrajudicialmente a los indígenas Wayuú, Javier Pushaina, al joven Luis Ángel Fince Ipuana y al niño Gasparito Cambar Ramírez, cometieron otras graves violaciones a los derechos humanos.
El acto de recuperación de la memoria, se realizará en el territorio en que ocurrieron los hechos hace cinco años. Ese día, mientras varias comunidades del pueblo indígena wayúu celebraban una fiesta de pacto de matrimonio, miembros del Ejército Nacional – Gaula, ingresaron violentamente al territorio indígena con el consentimiento y legitimación del Fiscal 004 seccional Maicao y la personera Municipal de Maicao.
Los uniformados, bajo el pretexto de un supuesto allanamiento, dispararon indiscrimidadamente contra los aproximadamente 100 indígenas que se encontraban reunidos. Varias muejeres fueron golpeadas, hombres y mujeres fueron insultados acusados de ladrones, maltratados y encerrados en un corral de chivos. Tres indígenas fueron detenidos y judicializados arbitrariamente, varios meses después la administración de justicia comprobó su inocencia.
Pero también fue allí, donde los familiares de las víctimas luego de unos años sembraron semillas de vida para alejar la muerte, fruto de ello, hoy crecen frondosos árboles, donde la esperanza renace, donde a pesar de las denuncias, el desplazamiento, el terror y el abandono estatal, aún siguen esperando y reclamando Justicia, Verdad, reparación integral y garantías de no repetición.
Su grito imperioso de No olvido, reunirá este viernes sobre el medio día, a más de cien indígenas de diferentes clanes Wayuú y etnias hermanas como los pueblos kankuamo y wiwa de la Sierra Nevada de santa Marta. Llegarán hasta Wasimal en Caravana, con sus vestidos de colores, con sus instrumentos musicales, con su poporo en la mano, con su olor a tierra, para recordar sus muertos, celebrar la vida y contar la historia que no se extingue.
Lo harán guiados de la reflexión de los mamos y las autoridades tradicionales de la región, caminarán entre los “árboles de la memoria”, y se repensaran como pueblos indígenas, como mujeres, como hombres, en un territorio que los arijunas cada vez más quieren hacer suyo.
La conmemoración se extenderá hasta la noche y seguirá acompañada de presentaciones culturales y artísticas que reivindican de una u otra manera su ser, sus costumbres, su tierra, su sal, su camino, su vida.