“Nosotros no somos verdugos sino víctimas”

“Nosotros no somos verdugos sino víctimas”

Con esta frase el presidente del Sindicato de Controladores de la Aeronáutica Civil, Daniel Rangel, pinta y resume la situación que actualmente afronta el cuerpo de controladores aéreos, a quienes la dirección del ente oficial y distintos medios responsabilizan de adelantar un “Plan tortuga” y con él entorpecer y causar demoras al tráfico aéreo del país.

 

 

“El Plan Tortuga al que se refiere el director de la Aeronáutica Civil, Santiago Castro Gómez, no existe. Lo que realmente existe es la adecuación de la operación, por parte de los controladores de tráfico aéreo, a las condiciones logísticas, tecnológicas y humanas que hay en nuestro país, y a la normatividad vigente a nivel internacional. Lo que se está haciendo es exigir a las aeronaves que ajusten su vuelo a la ruta del plan de vuelo presentado, que, en las condiciones antes señaladas, es el único que garantiza su seguridad, lo cual no implica que se estén promocionando demoras”, señaló por su parte Martín Peñalosa, directivo de Sintraeronáutico, el otro sindicato (de base) del ente oficial.

Peñalosa afirmó que las declaraciones del director de la Aeronáutica Civil buscan desdibujar y desviar la legitimidad de un proceso de negociación que se inició entre los trabajadores del control de tráfico aéreo y el gobierno nacional, haciendo aparecer que las actuaciones de los controladores sólo buscan aumentos salariales, cuando lo que buscan —aparte del mejorar las condiciones laborales y salariales— es poner la entidad en un esquema de mayor competitividad en materia de seguridad aérea, la cual hoy deja mucho que desear.

Explicó que la entidad tiene una problemática muy compleja, relacionada con la falta de personal en todas las áreas, pero también con carencias en equipos e infraestructura aeronáutica. Ningún aeropuerto del país tiene condiciones óptimas para la debida prestación del servicio, hay falta de garantías en el funcionamiento de comunicaciones, radares, sistemas de iluminación de pistas, equipos eléctricos de apoyo, que hacen que el personal tenga que trabajar con mucha previsión.

“No es por generar terrorismo, pero desafortunadamente el día que haya un accidente aéreo nos van a echar la culpa a los trabajadores, o los técnicos o controladores, sin considerar las malas condiciones en las que laboramos, la falta de personal, y el hecho de que los equipos que suministra la Aerocivil no están en óptimas condiciones”, agregó.

El mayor cuello de botella está en el aeropuerto El Dorado, de Bogotá, donde confluye un alto porcentaje de las aeronaves nacionales e internacionales. “El Dorado se planificó para atender 60 vuelos por hora, cuando el aeródromo y los muelles de abordaje no permiten sino 30, y eso obviamente genera problemas técnicos y operativos”, puntualizó el directivo sindical.

Por su parte, la Asociación Colombiana de Controladores de Tránsito Aéreo señaló en comunicado: “Rechazamos las presiones indebidas desde la Dirección de los Servicios a la Navegación Aérea, instando al grupo a actuar fuera de parámetros normativos, como laborar en condiciones extremas en sectores donde se evidencia falta de cobertura radar y de comunicaciones, poniendo en riesgo la operación aérea y llevando al control asumir responsabilidades (…). Las demoras obedecen a las deficientes condiciones de infraestructura aeronáutica, además de la falta de planificación estratégica y pre táctica del tránsito aéreo, lo cual es responsabilidad de la Secretaría de Sistemas Operacionales de la UAEACE”.

No hay operarios para tantos vuelos

Los 568 controladores que hoy tiene la Aerocivil no dan abasto para atender el tránsito nacional e internacional. La planta de personal está congelada desde el 2001, pese a que entre este año y hoy el número de pasajeros pasó de 10,6 millones a cerca de 21, y la cantidad de carga aérea también se incrementó notablemente. La misma Aerocivil calcula que hacen falta 208 controladores, pero la ampliación de la planta de personal no es de su competencia sino del Ministerio de Hacienda y el Departamento Administrativo de Función Pública.

Pero la falta de personal no sólo se da en el área de controladores, donde es más visible por la especificidad de las tareas que éstos hacen. Es más grave el faltante de funcionarios en otras áreas misionales, como bomberos, técnicos de información aeronáutica, comunicaciones, radioyudas, electricidad. Debido a esto, y al desorden administrativo que prima en la Aerocivil, el personal debe extender sus jornadas hasta 12 y 18 horas, y en algunos casos 24, cuando la norma es jornadas de 6 horas diarias (36 a la semana).

Lo otro es que a los funcionarios no se les reconoce el pago de todas las horas laboradas de más. Hay un tope establecido de horas extras, y las horas que rebasen este tope no se les reconoce. Así es usual que se les deje de pagar entre 5 y 10 turnos extras. “Un trabajador en la Aerocivil gana poco, en promedio $800 mil, y si se le exige que trabaje una jornada doble o triple, pues que se le pague, y así por lo menos compense tanto desgaste físico y mental”, aseveró Martín Peñalosa, y agregó:

“El otro problema es que quien se niegue a extender su jornada se somete a investigaciones disciplinarias, o en ocasiones a separación de funciones, o a presiones de otro tipo, como el traslado a aeropuertos remotos del país, como Guapi, Mitú… dejando tirada la familia y el estudio de los hijos”.

Para los controladores aéreos la situación mejoró un poco desde el 1º de febrero, cuando se implementó el día adicional de descanso obligatorio, atendiendo la norma internacional para esta clase de labor: 5 días de trabajo por 2 de descanso, para un personal que requiere recuperación física y mental. “La norma en materia de control de tránsito aéreo también dice que debemos ser bien remunerados. Pero no tenemos ni lo otro”, acotó.

El mapa sindical en la Aerocivil

La Aeronáutica Civil Colombiana cuenta hoy con 7 organizaciones de trabajadores, siendo la mayor Sintraeronáutica, sindicato de base afiliado a la CUT. Éste se creó en 1975 y hoy agrupa a 600 trabajadores, de los cerca de 2.700 que en total tiene el ente estatal, entre controladores, técnicos, profesionales, bomberos y la parte administrativa. El otro sindicato es el de controladores aéreos, con sólo dos años de fundado y unos cien afiliados, también filial de la CUT.

Asimismo, cada área de operación cuenta con su propia agremiación, así: la Asociación Colombiana de Controladores de Tránsito Aéreo (ACDECTA), que tiene 35 años de fundada; y las a Asociación de profesionales aeronáuticos, de técnicos aeronáuticos, de comunicaciones y operadores aeronáuticos, y de bomberos.

Desde el año pasado las 7 organizaciones presentaron a la dirección de la Aerocivil un pliego de peticiones conjunto, que abordaba la problemática laboral y también estructural de la entidad, pliego que, a consulta del Ministerio de Transporte, fue avalado por el Consejo de Estado. “Pero la dirección de la Aerocivil lo desconoció. Nos sometieron a las reglas del Decreto 535, lo que llevó a que las 7 organizaciones presentaran por separado su propio pliego”.

Es así como la Asociación de Controladores (ACDECTA) desde el 7 de febrero inició formalmente la negociación con el Ministerio de Trabajo y la participación del Ministerio de Hacienda y Función Pública, en vista de que la Aerocivil se declaró incompetente para negociar en temas salariales, prestacionales, seguridad aérea, garantías sindicales, entre otros temas.


“Pero la Aeronáutica Civil ha tratado de entorpecer la gestión que quiere hacer el Ministerio de Trabajo para resolver la problemática interna. Por lo que todas las 7 organizaciones sindicales nos hemos reunido en solidaridad y acompañamiento, exigiendo que se resuelta, no sólo el tema de los controladores del tránsito aéreo, sino toda la problemática estructural y la falta de administración que hoy tiene la entidad”
, señaló el Martín Peñalosa, directivo de Sintraeronáutico.

Entre tanto, los controladores aéreos, y demás trabajadores de misión de la Aerocivil, esperan que en las negociaciones que ya las organizaciones sindicales iniciaron con el Ministerio de Trabajo, se logre encontrar una ruta de solución a sus demandas laborales y salariales.

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