En dicho espacio, Uribe expuso sus teorías sobre el reordenamiento del país a partir de su gobierno, y cómo éstas pueden ser aplicadas en otros contextos y territorios. Este modelo que se quiere vender como exitoso y que se sustenta en graves violaciones a los derechos humanos, tiene eco en amplios sectores de la derecha latinoamericana, y su rechazo por lo tanto, tiene un nivel continental.
Mirta Acuña de la organización Madres de Plaza de Mayo Línea Fundadora explica: “Hoy estamos aquí porque nos solidarizamos con todos los colombianos y colombianas que vienen a repudiar las actuaciones de un genocida.” Y agrega, “Muchos colombianos dicen que su país es lo mejor de lo mejor, y yo les digo que hay una Colombia hermosa y una terrible, y ésta, es la que no se quiere dar cuenta del dolor que a diario se vive. La Colombia terrible que yo conozco es la de los campesinos asesinados y los indígenas desplazados, la del dolor de las viudas. Y la peor es la Colombia indiferente ante este sufrimiento, la que no sabe que hay miles de desaparecidos y personas asesinadas por sus ideas políticas”.
Colombia es un país atravesado por la violencia, por el saqueo, por la prepotencia imperialista, por el narcotráfico que tiene en EEUU su principal mercado. Es un país desangrado por las multinacionales, por eso estamos hoy aquí, acompañando al pueblo colombiano, a los campesinos, los trabajadores, a la juventud, a la mujer colombiana, afirmó por su parte Manuel Martínez del movimiento Socialismo Libertario, integrante de la Compa (Coordinadora de Organizaciones y Movimientos Populares de Argentina).
Participaron igualmente movimientos sociales de Colombia, como el Congreso de los Pueblos que explica que los resultados del gobierno Uribe no fueron seguridad y fin de la guerra, sino por el contrario, un modelo de gobierno que arroja el drama de 5 millones de desplazados, 7,500 detenidos y detenidas políticos, 62,000 personas desaparecidas, y un país con presencia de bases norteamericanas en su territorio, como una estrategia de copamiento militar no sólo para Colombia sino con alcance operativo para toda América Latina.
Los manifestantes expresaron que su presencia en el lugar se debe a una actitud solidaria con una causa que atañe a toda Latinoamérica. En esta medida, afirman, que la presencia de Uribe molesta al pueblo argentino, porque ese proyecto de derecha que él representa también está en la Argentina, en cabeza del jefe de gobierno de la ciudad de Buenos Aires, Mauricio Macri. “Él es quien lo invita, porque busca hacerle propaganda a Uribe, porque se identifica con esa forma dictatorial de gobernar”, expreso Nicolás del movimiento estudiantil FER de la UBA.
Un atentado más en la lista de Uribe
La supuesta bomba dirigida contra el ex mandatario, al parecer es un episodio más de esos a los que Uribe Vélez acostumbró a la prensa y que ha sido una de sus principales estrategias mediáticas.
Del explosivo letal y con amplia capacidad de daño del que se habló al inicio, se pasó a un artefacto apenas pirotécnico y mal camuflado, como si se tuviera la intensión de que fuera hallado.
Las opiniones se encontraron en afirmar que dicho atentado parecía más una excusa para justificar el exagerado operativo policial en inmediaciones de la calle Corrientes, lugar donde se adelantó una concentración y la marcha posterior.
El explosivo es una típica maniobra de la derecha, porque en este país hace muchos años que no estallan bombas, y resulta que aparecen de nuevo justo en la visita de Uribe. La supuesta bomba quería justificar una represión y mostrar a los convocantes a esta protesta como miembros de organizaciones guerrilleras, comentó Laura Soto de Colombianas y Colombianos por la Paz.
Según los manifestantes, las expresiones de solidaridad durante el evento se deben dimensionar como un reflejo de la capacidad de resistencia de las organizaciones sociales colombianas, que aun en las épocas más difíciles de la arremetida criminal de Uribe supieron soportan el acoso y proponer opciones de país, tejieron lazos con organizaciones amigas en el mundo entero, y hoy pueden caminar de la mano con las víctimas del autoritarismo de todos los rincones del mundo.
