RECONCILIACIÓN LUEGO DE CONFLICTOS VIOLENTOS: UN MARCO TEÓRICO

El presente artículo resume algunos aspectos básicos desarrollados en el libro Reconci/iation After Violent Conjlict: A Handbook (2003), publicado por Internacional IDEA, cuyo objetivo es ofrecer un conjunto de conocimientos, experiencias y herramientas que ayuden en el diseño e implementación de procesos de reconciliación para afrontar el legado de la violencia.

 

 

El presente artículo resume algunos aspectos básicos desarrollados en el libro Reconci/iation After Violent Conjlict: A Handbook (2003), publicado por Internacional IDEA, cuyo objetivo es ofrecer un conjunto de conocimientos, experiencias y herramientas que ayuden en el diseño e implementación de procesos de reconciliación para afrontar el legado de la violencia.

En los últimos años ha habido un interés creciente en la reconciliación posterior a conflictos violentos en diferentes partes del mundo. La mayor parte de las veces el contenido de este concepto se refiere a cuestiones genéricas como la posibilidad de rescatar la convivencia entre grupos enfrentados, reconstruir el tejido social y organizativo fracturado, y el establecimiento de un nuevo’) consenso social después de enfrentamientos armados o de regímenes basados en la represión política. Todas esas situaciones han sido frecuentes en América Latina en las pasadas dos décadas.

En esta implicación que se está resumiendo se parte de la estrecha interdependencia existente entre reconciliación y democracia. Al hablar de una eficaz salida democrática en situaciones postconflicto, se deben tener en cuenta dos perspectivas: la de estructuras y procedimientos, que permite manejar los temas en conflicto que dividen a la sociedad; y el conjunto de relaciones fundamentales entre los grupos involucrados. En una sociedad, si las estructuras no son justas, no podrán desarrollarse esas relaciones entre los grupos. Ya la inversa, las estructuras no funcionarán adecuadamente, por muy justas que sean, si no existe un mínimo de cooperación entre los grupos. En este sentido, el compromiso democrático se orienta a buscar soluciones a las causas del conflicto, mientras que la reconciliación se dirige a las relaciones entre los que deben implementar las soluciones (Estado, políticos y población).

Se plantea, por lo tanto, que la reconciliación, como recuperación de relaciones sociales fracturadas, necesita abordar la justicia económica y la participación en el poder político, dado que ambos aspectos están relacionados entre sí. La búsqueda de soluciones políticas a los conflictos no debe contemplar únicamente la dimensión armada o los efectos de la propia violencia o represión, pues en la base de los mismos existe un fuerte componente de marginación política y de conflictividad social asociadas a condiciones de pobreza y exclusión en amplias capas de la población.

Esta perspectiva destaca que la reconciliación refuerza la democracia al fomentar una recuperación de las relaciones fundamentales necesarias para la implementación de los cambios. Según esto, así como puede existir en determinadas situaciones un argumento moral a favor de la reconciliación, también se da un poderoso argumento pragmático: relaciones funcionales positivas generan el ambiente favorable para el desarrollo de un buen gobierno, mientras que relaciones negativas socavan hasta el mejor sistema de gobierno.
Una idea fuerza que recorre todo el libro plantea que la reconciliación es tanto una meta, algo por lograr, como un proceso, un medio para lograr dicha meta. La confusión o el olvido de esta idea suele generar controversias.

Por otra parte, el concepto de reconciliación tiene sus detractores por no contemplar las relaciones de poder y por ser demasiado ingenuo y unívoco para definir un proceso tan complejo y lleno de contradicciones. Este libro, por su parte, se centra en la noción de reconciliación como proceso global e inclusivo, que comprende instrumentos fundamentales como la justicia, la verdad y la reparación, entre otros, a través de los cuales una sociedad pasa de un -;conflicto violento a un futuro compartido.

Se afirma que una efectiva reconciliación es la mejor garantía de que la violencia del pasado no volverá.

Continuación 

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