El lavado, circulación y legalización de descomunales cifras de dineros de la mafia narco paramilitar, es otro de los peldaños oscuros de la pirámide de poder del imperio corrupto de la seguridad democrática construido por el actual régimen de gobierno. Usar y botar a la basura sigue siendo la práctica siniestra de este estado mafioso.
El lavado, circulación y legalización de descomunales cifras de dineros de la mafia narco paramilitar, es otro de los peldaños oscuros de la pirámide de poder del imperio corrupto de la seguridad democrática construido por el actual régimen de gobierno. Usar y botar a la basura sigue siendo la práctica siniestra de este estado mafioso.
En cada episodio de esta política traqueta aparece el señor de las sombras de manera precisa, como el Robín Hood salvador de los pobres, pulcritud y honestidad de la patria; el ungido y omnipotente presidente Uribe. Siempre listo y limpio con el milagrito mediático en: El horroroso terrorismo de Estado y guerra sucia en el proceso de exterminio contra la organización social y sindical, ejecutado por las bandas narco paramilitares legalizadas de manera descarada por este gobierno; la cínica para política con la que garantizó su reelección y las mayorías en el congreso para legislar a su antojo; los falsos positivos de las fuerzas militares y el DAS con los que no solamente se dilapidó millonarias sumas de dinero con las recompensas, sino que se mintió al país con los famosos éxitos de la seguridad democrática en la supuesta lucha contra la insurgencia armada colombiana y el narco paramilitarismo; la corrupción administrativa en todas las esferas del gobierno nacional y regional; y ahora en la estructura del poder económico, con las fraudulentas pirámides o empresas fachadas captadoras de dinero, que no son otra cosa que lavaderos de la mafia con los que se financió la para política, las bandas criminales narco paramilitares y el rebusque de un grueso grupo de colombianos producto del creciente desempleo de la desquebrajada economía nacional.
Se demuestra una vez más que la estructura de poder del régimen político está contaminada en todos los niveles por la mafia narco paramilitar. El pueblo es sonso pero no pendejo, a simple vista se palpa la permisiva tolerancia del gobierno para que en estos siete años funcionara y se creara todo un imperio de piratería de empresas captadoras de dinero. No solo se propinó una mega estafa a un gran número de colombianos, sino que circuló la economía ilícita para financiar todo tipo de fechorías planeadas por el régimen mafioso impuesto en el país. Al igual que las bandas criminales narco paramilitares son estrategias demenciales que tienen un tiempo de uso y luego se desarticula para cambiar de forma. La ganancia es doble, detrás de toda esta inmoralidad se promueven proyectos de ley, por ejemplo: En la para política, la reforma política; en la legalización de las bandas narco paramilitares, la ley de justicia y paz; en las famosas pirámides, una ley de reforma económica amparada en una declaratoria de conmoción social; y en los criminales falsos positivos, se hace el normal llamado a calificar servicios, para dar paso a la nueva cúpula militar. Por otro lado la eficacia y eficiencia del presidente y su imagen moral se oferta como el plato del día, es la matriz de opinión machacada por los medios privados de información, opacando la protesta social y el mismo escándalo de la corruptela gubernamental que está sobre la mesa.
Al final de cada película montada, el gran perdedor siempre es el pueblo y el villano termina siendo el héroe. En el caso de las pirámides o empresas captadoras de dinero, el perdedor son los miles de personas que fueron estafados gracias a la mediocridad del Estado, y los pequeños prestamistas y formas alternativas financieras que serán exterminadas con la reforma económica expedida por el gobierno. Los beneficiados por supuesto que son los delincuentes de cuello blanco que se ocultan detrás de esos imperios financieros, la mafia narco paramilitar que logra blanquear descomunales fortunas y la gran banca transnacional que asegura el monopolio y explotación de la actividad financiera sin ninguna competencia. Así, podemos decir que la gran pirámide de poder de la seguridad democrática no le queda peldaño por salpicar y refleja el material inmoral con el que ha sido construida. Un régimen permeado hasta los tuétanos por la mafia narco paramilitar, que debe caer definitivamente por el bien y la recuperación de una verdadera democracia colombiana. En todos los mega escándalos siempre hay funcionarios del gobierno nacional y regional, militares y familiares del presidente involucrados de manera directa. Mientras tanto sigamos esperando que la justicia llegue, pues no creemos que siga en la impunidad tanto delito, que ya es inocultable ante los ojos de la opinión internacional y se constituye en la vergüenza nacional.