Columna: El Movimiento Queer Palestino y el Pinkwashing Israelí

Columna: El Movimiento Queer Palestino y el Pinkwashing Israelí

Por: Héctor David Castillo y Diana Otavo

Bogotá, 30 de junio de 2024. A propósito del Día Internacional del Orgullo LGBTIQ+, anualmente, en el mes de junio, se hace reiterativa la práctica del pinkwashing, conocida en español como lavado de imagen rosa, que consiste en hacer uso de las banderas más representativas del movimiento LGBTIQ+ con fines comerciales y políticos para atraer lo que se ha convertido en los últimos años en un nuevo “nicho de mercado” e, incluso, a un importante número de electores en distintas partes del mundo.

Así, empresas, políticos, entidades estatales, gobiernos y hasta organismos internacionales, entre otros, visten sus redes sociales e imagen institucional de colores aparentando en sus respectivos ejercicios de poder una perspectiva de inclusión y aceptación social de las disidencias sexuales y de género, cuando en la mayoría de los casos esto no representa una transformación profunda y contundente de las condiciones económicas, sociales y culturales a las que se enfrenta la población LGBTIQ+. 

De otro lado, el pinkwashing también ha sido usado con el objetivo de “desviar la atención” de prácticas criminales, como el desplazamiento forzado, la persecución histórica y prácticas genocidas como la que está ocurriendo en contra del pueblo palestino, que ha tenido una escalada desde el 7 de octubre de 2023. Israel ha cooptado el discurso de los derechos para las personas LGBTIQ+ para mostrarse ante el mundo occidental como un lugar seguro para los derechos y libertades sexuales disidentes, mientras en paralelo mantiene acciones militares, de ocupación, de colonización, de persecución, de apartheid y de genocidio contra el pueblo palestino. Un Estado no puede afirmar por un lado que promueve la inclusión de personas LGBTIQ+ y por otro asesinar seres humanos. Es tanta la sangre del pueblo palestino que Israel ha derramado que, cada vez que intenta cubrirla con la bandera de la diversidad sexual, el arcoíris se desvanece y la sangre predomina; no puede haber orgullo de la mano de un genocidio. 

La práctica del pinkwashing ha llegado al punto de que en redes sociales se compartan imágenes de miembros de las IDF ondeando la bandera del orgullo LGBTIQ+ en medio de las ruinas causadas por los bombardeos en la Franja de Gaza, con el lema “in the name of love”, en nombre del amor, con el claro objetivo de justificar y legitimar la embestida genocida de Israel:

 

Prácticas como esta, respaldadas y auspiciadas por el Estado de Israel, instrumentalizan y desconocen las experiencias y resistencia de las personas LGBTIQ+ en los territorios palestinos. Además, ha llevado directamente a cuestionar el activismo en contra del genocidio de personas LGBTIQ+ en todas partes del mundo. Cada denuncia a las acciones criminales del Estado de Israel es contestada con preguntas como: ¿qué pasaría si fueras homosexual o trans en Palestina? o con afirmaciones que evidencian la rampante homofobia que ocultan quienes justifican el genocidio contra el pueblo Palestino. Esta reacción no solo desconoce que en las “democracias” occidentales como Israel, Colombia y los E.E.U.U. aún persiste la opresión y las violencias sistémicas de derechos contra las personas queer, sino que también reproduce una supuesta jerarquía de opresiones que considera los derechos humanos como una red transaccional en la que la vida de ciertas personas es más valiosa si viven en una “democracia”.

Lo cierto es que el Estado de Israel ha encontrado en el Pinkwashing una herramienta más para reforzar y legitimar ante el mundo sus ideas y actuar genocidas. “En el nombre del amor” el pueblo palestino está siendo barrido de la tierra por Israel como si este fuera un desecho. Un tratamiento que sufren igualmente las personas queer en Palestina y que bajo otros contextos y de diversas formas hemos padecido las personas LGBTIQ+ en el mundo. Basta con mirar nuestro país para observar cómo el Congreso de la República archivó el proyecto de ley que prohibía las mal llamadas “terapias de conversión”, que a 2024 son legales y legitimadas por amplios sectores políticos y religiosos en nuestro país. 

Este contexto nos lleva a preguntarnos si la reivindicación por los derechos humanos y las libertades sexual y de género no nos exige una posición política que logre desarmar y hacer una crítica efectiva al Pinkwashing de Israel y al uso de nuestras luchas históricas para legitimar los graves crimenes internacionales en contra del pueblo palestino. El silencio no es una opción. Por el contrario, en el marco de la conmemoración del Orgullo LGBTIQ+ nos unimos a las voces queer que desde Palestina alzan su voz para decir ¡No en nuestro nombre! ¡Con genocidio no hay orgullo! Nos unimos a la demanda liberadora de los queer de Palestina que desde hace décadas lleva trabajando junto al movimiento anticolonial por la liberación de Palestina. 

“Nuestro orgullo solo puede venir con la verdadera liberación para todo el mundo, para nosotres y para todos los pueblos que luchan en el mundo.”

Si quieres conocer más sobre el Movimiento Queer de Palestina te invitamos a visitar la página: https://vientosur.info/demanda-liberadora-de-les-queers-en-palestina/ o las páginas de instagram @queersinpalestine y @alqaws_org. 

Share This