Ricardo Salazar*, es uno de los tantos amenazados de muerte que ha tenido que salir de Colombia para salvar su vida. “Yo soy víctima de la casería de los paramilitares por más de un año. El 7 de septiembre pasado entraron a mi casa en Buenaventura en mi búsqueda, yo pude escaparme, mataron a 7 miembros de mi familia, dice, mientras se le quebranta la voz recordando los trágicos sucesos. Salazar* es dirigente del Proceso de Comunidades Negras, una red de 140 organizaciones que tienen su base en la región selvática y húmeda del Pacífico colombiano.
A raíz de la Asamblea NacionalConstituyente de 1991, las comunidades afro-colombianas, que habitan la región por más de 300 años, lograron la legalización de sustierras de las que ahora están siendo desalojados por los grupos paramilitares de las Autodefensas Unidas de Colombia, que cuentan con 8000 hombres en armas y son responsables de numerosas matanzas de población civil desarmada. En la siguiente entrevista, el dirigente afro-colombiano desentraña los verdaderos objetivos de los paramilitares, su forma de operar y los devastadores efectos que están teniendo la violencia sobre las comunidades negras de esta atormentada región.
P. ¿Desde cuándo y cómo se manifiesta la violencia en la región del
Pacífico colombiano?
R. El paramilitarismo comenzó su acción en Urabá, sobre la Costa
Atlántica; hace mas o menos cuatro años cayó sobre el Pacífico y
está haciendo estragos sobre unas comunidades que no estaban
preparadas, porque son comunidades que han vivido en paz en su
selva, en armonía con la naturaleza. Nosotros no tenemos
experiencia, no tenemos cultura de guerra. Nuestra gente, al
escuchar el traquido de las ametralladoras, huye despavorida, como
lo hacían los indígenas cuando escuchaban el estampido de los
cañones de Pizarro y de los conquistadores españoles, esos grupos
indígenas no estaban preparados para la guerra, lo mismo está
ocurriendo exactamente en este momento en el Pacífico.
P. ¿Por qué surge el paramilitarismo en la región del Pacífico?
R. Las familias afrocolombianas de la región del Pacífico usan la
tierra y son dueñas de lo que la tierra produce más no de la tierra
en sí que es de todos nosotros, ese es el concepto de propiedad
colectiva que nosotros tenemos, pero la conquista territorial por
parte de los afro-colombianos ha despertado la furia del gran poder
económico nacional y de las transnacionales que encuentran amenazado
sus grandes mega-proyectos que han diseñado sobre la zona, como la
apertura del nuevo canal inter-oceánico, que uniría el Atlántico con
el Pacífico a través de los ríos Atrato-Truandó y bajaría a Bahía
Cupica. Este proyecto se complementa con la creación de grandes
puertos marítimos para satisfacer las necesidades del gran comercio
internacional. Hay otros proyectos como el cultivo de la palma
africana, la ganadería extensiva, todo a costa del rico bosque de
manglar del cual devengamos nuestra subsistencia. La cultura del
afro-colombiano y del indígena que mira al territorio como hábitat
de vida y no como potencial de riqueza económica está siendo vista
como un estorbo para esos mega-proyectos ; y entonces ahora se está
utilizando a una milicia privada, llamada paramiltarismo, que ha
asesinado a miles de líderes sociales y ha desplazado a más de dos
millones de personas, incluidas más de un millón de la comunidad
negra, que han tenido que salir de la región del Pacífico.
P. ¿Cuáles son los efectos del desplazamiento en las comunidades
negras?
R. Un negro que sale del Pacífico y lo llevan a un albergue en
Bogotá, Cali o Medellín se encuentra en la misma condición que un
cóndor enjaulado, al que se le puede proporcionar toda la comida que
se quiera, pero se muere. Esa es la cultura del negro. Los negros,
que están en los albergues en Bogotá, salen a buscar la playa y el
bosque donde jugar y lo que encuentran es la autopista, son víctimas
de los autos que los masacran. Nosotros pensamos que todo acto
contra la cultura debe ser tipificado como un crimen contra los
derechos humanos, porque no hay vida humana sin cultura.
P. ¿Existen discriminació n racial contra las comunidades afro por
parte del Estado colombiano ?
R. El Pacífico colombiano ha estado sometido a la exclusión, a la
marginación y a la negación, al Pacífico lo han mirado en función de
los recursos naturales, el componente social que hay allí no cuenta
para el Estado colombiano. Cuando ocurrió, por ejemplo, el terremoto
que arrasó el eje cafetero y murió mucha gente, se invirtieron
grandes recursos del gobierno nacional y de la ayuda internacional
para la reconstrucció n, pero ahora que hay millones de personas que
están siendo desplazadas y muertas por el fenómeno paramilitar, el
Estado es insensible ante esta situación, se sigue mirando al negro
como un objeto que no tiene valor, por lo tanto, su sacrificio, su
holocausto, no cuentan. Esta es una forma de racismo que se está
cometiendo contra nosotros.
P. ¿Existe vinculación entre ejército y paramilitares?
R. Cuando los militares vinieron a buscarme pude observar cómo los
crímenes de mis familiares se cometieron utilizando los carros del
ejército y de la policía. Los paramilitares actúan con la
participación directa o indirecta de los altos funcionarios del
Estado, de tal manera que si uno va a poner una denuncia frente a
esos crímenes queda más en riesgo
Para nosotros hay pruebas evidentes, y hemos denunciado ante el
gobierno colombiano, que demuestran las relaciones muy armónicas
entre los paramilitares y el ejército, pero a pesar de eso no hacen
nada. En el mes de junio pasado entraron al río Yurumanguí y en la
vereda de Veneral presionaron a la comunidad para que diga dónde
están los guerrilleros, la comunidad dijo que por aquí vemos pasar a
muchos hombres armados pero no sabemos si son guerrilleros, soldados
del ejército colombiano o son paramilitares, además, tampoco sabemos
hacia adonde van. Lo que respondió el ejército es que la comunidad
está aconsejada por la guerrilla y que no quiere decir la verdad, y
que pronto vendrán los paramilitares y les harán decir la verdad por
la fuerza, y eso no tardó en suceder: el 29 entraron los
paramilitares y masacraron a la comunidad. Eso prueba que hay una
evidencia, que hay una relación, pero lo que pasa es que el Estado
colombiano no lo quiere reconocer, siempre lo niega.
P. ¿Cuáles son los justificativos de los paramilitares para masacrar
a la población?
R. El primer pretexto es que son auxiliadores de la guerrilla.
Nosotros estamos 400 años antes de que llegara la guerrilla, por lo
tanto si la
guerrilla hace presencia en nuestro medio, no tenemos la fuerza para
sacarlos de allí, el gobierno y el Estado colombiano no los ha podido
sacarlos de allí, muchos menos una humilde comunidad puede sacar de
allí a los guerrilleros. Por otro parte, los paramilitares tiene dos
listas: una de personas que son auxiliadores de la guerrilla y otra
de las personas que tienen posiciones “peligrosas, personas
peligrosas son aquellas que defienden el territorio y su derecho
sobre los recursos naturales, es decir todo aquel que se pronuncia
en contra de la avalancha del neoliberalismo y del arrase de la
globalización.
P. ¿Entonces el objetivo de los paramilitares no son solo los
guerrilleros sino los líderes sociales?
R. Precisamente, el conflicto ha tomado una connotación ya no
meramente política sino más está primando el interés que hay por el
territorio y sus recursos. Entonces el desplazamiento de nuestras
comunidades no es una consecuencia del conflicto, sino más bien el
conflicto está hecho para desplazar a la comunidad, para que la
gente huya y deje el territorio, y nosotros, como organizaciones
estamos tratando de evitar ese desplazamiento. Las tierras
entregadas a las comunidades negras en propiedad colectiva son
tierras inajenables, imprescriptibles e inembargables. Los
paramilitares quieren presionar a la gente para que abandone el
territorio, y las tierras puedan ser expropiadas por desuso, es
decir, por una simple sustracción de materia, si no hay gente sobre
el territorio, por supuesto el Estado extinguiría los títulos.
Nosotros estamos interesados en resistir políticamente, no tenemos
brazo armado, porque dejar el territorio es dejar nuestra vida,
nuestro hábitat, allí es donde podemos vivir, no podríamos
desarrollar la vida cultural en otro espacio distinto.
P. ¿Cómo operan los grupos paramilitares en las comunidades?
R. En la masacre ocurrida el 29 de abril, en el Firme, sobre el río
Yurumanguí llegaron doce hombres armados a la una de la mañana,
convocaron a la comunidad a una reunión con ellos, la gente salió de
las casas a atender la reunión e inmediatamente le presionaron para
que se tire en el piso. Algunos intentaron escapar, y entonces
asesinaron a dos, y a los que estaban en el suelo los descuartizaron
con hacha. Y esto lo hicieron a vista de todo el pueblo, para eso
convocaron a la reunión, para que todo el mundo viera cómo se
descuartiza a la gente, y de esa manera poder implantar el terror.
Imagínense una barbarie cómo esa, al día siguiente la gente salió en
estampida y se produjo el éxodo. A otras personas las cortaron con
motosierra, las descuartizaron y después jugaron fútbol con la
cabeza de las víctimas. Desde el año pasado han venido ocurriendo
masacres y la gente ha alertado al gobierno pero no se hace nada,
los paramilitares se dan el lujo de anunciar su masacre, con hojas
volantes o escritos en las paredes: iremos a tal parte, vamos a
masacrar en tales y tales veredas; y lo que prometen lo cumplen, sin
que el ejército haga nada para evitarlo, el ejército se dedica a
recoger víctimas, nosotros pensamos que esa ayuda no la necesitamos,
necesitamos evitar las masacres.
P. Luego de que la gente huye despavorida, ¿quién se queda con las
casas, con las tierras, con los bienes ?
R. Las casas quedan deshabitadas por algún tiempo, pero se han dado
casos en algunas comunidades donde la población abandona sus hogares
y sus tierras, y luego de seis u ocho meses son habitadas por otra
gente, que se supone es recomendada por los paramilitares. En el
caso de comunidades negras precisamente estas huyen del territorio y
sus casas son ocupadas por otros grupos no negros, esto nos deja el
sinsabor de que se está cometiendo un etnocidio, porque se está
acabando con los grupos negros.
P. Uno de los elementos que preocupa es que en Colombia, los
paramilitares estarían adquiriendo base social e incluso algunos
medios de comunicación les estarían apoyando.
R. El bloque que opera en el sur-occidente colombiano es el bloque
Calima de las Autodefensas Unidas de Colombia. No representa un
proyecto político, está constituido por mercenarios. En una región
como el Pacífico, en donde el ingreso per-cápita de un ciudadano no
pasa de los 500 dólares al año, los paramilitares han entrado
ofreciendo 400 dólares mensuales, y entonces algunas personas de
pigmentación oscura e indígenas han sido comprados. Los que se
venden son utilizados para comandar masacres sobre el grupo étnico
contrario, es decir, los negros son utilizados para cometer masacres
en territorios indígenas, y los indígenas para cometer masacres en
territorios afro-colombianos. La armonía inter-étnica que hemos
mantenido históricamente viene siendo amenazada por los
paramilitares. Esto nos ha convocado, una vez más, a acercarnos a
los hermanos indígenas para dar a conocer y aclarar que es una
trampa que nos están armando, y que antes que dividirnos, debemos
unirnos más para defendernos de este enemigo.
P. Frente esta situación pavorosa que nos describe, ¿qué es lo que
debe hacer la comunidad internacional?
R. Hemos estado dando a conocer estos horrendos crímenes para
sensibilizar a los gobiernos de Europa, a quienes el gobierno
colombiano les está pidiendo dinero para la implementació n de su
plan de guerra, que es el Plan Colombia, que es un plan de muerte.
El gobierno ha adquirido el compromiso de desmontar el
paramilitarismo, pero en las mismas fechas en que el gobierno se
compromete en Bruselas a hacerlo, esas mismas fechas los
paramilitares cometen masacres. Es decir, se pide plata para lograr
la paz en Colombia, pero allá se está haciendo todo lo contrario.
Altos funcionarios del Estado colombiano y del ejército colombiano
están vinculados con el fenómeno paramilitar, lo que nosotros
consideramos una contradicción, y eso es lo que estamos poniendo de
manifiesto ante los gobiernos y la sociedad civil de Europa. Y
también de Estados Unidos, que es el que está dando el dinero para
ejecutar un plan de guerra y muerte, con el pretexto de combatir el
narcotráfico y la subversión.
* Nombre cambiado por razones de seguridad.