A las Kankuamas nos matan por ser mujeres

Los recientes hechos de violencia en contra de nuestras mujeres son la causa de este dolor e indignación que hoy manifestamos y que nos hacen retroceder, al decir de Kofi Annan, en materias tan importantes para la esencia humana como lo son la igualdad, el desarrollo desde una perspectiva propia, la paz y la perpetuidad de la vida.

La memoria histórica del Pueblo Kankuamo está plagada de hechos violentos [[Viene a la memoria de mujer, cuando el corte reiniciaba, un 17 de julio en el que las FARC-EP mataron a la joven Cristina Ditta Arias, arrebatada de los brazos de su madre en la madrugada, luego de la fiesta de la Virgen del Carmen en Guatapurí.]], con un pico estadístico claro durante la hegemonía paramilitar: el que consideramos ´genocidio kankuamo´ ha sido y es uno de los momentos más dolorosos de nuestro pensamiento colectivo, sus huellas imperecederas han marcado nuestro proceso organizativo y de fortalecimiento interno; por un lado, nos ha enseñado a reivindicar la historia como parte estructural para consolidar criterios que garanticen la no repetición, por el otro, nos ha permitido apropiarnos de nuestra ley de origen para fortalecer nuestro accionar organizativo y nuestras luchas por la Autonomía, la Unidad y el Territorio con fundamento en nuestra cosmovisión, esa que nos legaron nuestros ancestros y que hoy guían nuestros pasos, palabras y demandas.

Dentro de este legado ancestral las mujeres son entendidas, así como en muchos otros pueblos Indígenas, como las dadoras de vida, garantía para la pervivencia física y cultural de nuestros pueblos, representan a la Madre Tierra y al Territorio y con ello, a lo sagrado, a lo espiritual; son la otra parte generadora del equilibrio natural sin la cual necesariamente, los riesgos evidenciados en los Autos 092 de 2008 y 004 de 2009, se convertirían en una realidad que nos abocaría a la extinción.

A pesar de lo anterior, en el último año han sido asesinadas 5 mujeres indígenas kankuamas (cuatro de los caso han ocurrido en los pasados tres meses), sus asesinatos han evidenciado altos niveles de violencia, los responsables no han sido debidamente sancionados por la justicia ordinaria y su impacto para el Pueblo Kankuamo y específicamente para sus mujeres ha sido latente: una remembranza de la exacerbación de las violencias en contra de las mujeres en entornos de conflicto armado.

Dimensionando la gravedad de esta situación, en el marco del Derecho Propio, RECHAZAMOS, los Feminicidios de nuestras hermanas y lideresas indígenas Glenis Antonia Montero Villazon, Monica Martinez Flores, ´Bercelia´ Arias, Hilda Pacheco Solís y Petronila Pacheco Solís (las dos últimas hijas de la Saga Ucha). Sus asesinatos no pueden ser vistos como hechos aislados incluidos dentro de la interminable lista de violencia que como pueblo hemos afrontado o como una cifra más de violencias en contra de las mujeres en Colombia; deben ser una alerta que movilice acciones encaminadas a la prevención y a la protección de los derechos de las mujeres, no sólo del Pueblo Kankuamo o de los Pueblos Indígenas, sino de todo un país cuyo rango de violencia feminicida lo ubica dentro de los 10 primeros puestos en materia de vulneración sistemática del derecho de las mujeres a una vida libre de violencias.

Sin embargo la afectación generada por hechos de esta naturaleza es aún mayor tratándose de mujeres indígenas, teniendo en cuenta que con ello se fractura de forma grave la estructura social, comunitaria y cultural de todo su pueblo, implica además la ruptura de procesos de transmisión de saberes y la exacerbación del terror que sufren las comunidades al constar que los principios básicos de supervivencia de la especie son atacados, es un atentado a la memoria, a la identidad, a la razón de existir.

Por lo anterior, hoy las mujeres, siendo dadoras de vida, estamos en contra de uno de sus antónimos: la guerra. Alzamos nuestras voces rechazando las violencias en todas sus expresiones; rechazamos la intolerancia y cualquier forma de presentación de la muerte no vista como parte fundamental de un ciclo vital, sino como una forma de engendrar terror. Nuestro grito no es sólo una protesta, busca visibilizar realidades que impactan profundamente a los pueblos indígenas y, a partir de este ejercicio, sensibilizar en aras de detener procesos de revictimización a los que estamos siendo sometidas las mujeres kankuamas, las mujeres indígenas y las mujeres en el mundo.

Nosotros y nosotras, las Autoridades Indígenas del Pueblo Kankuamo y la Organización de Mujeres Indígenas Kankuamas, CONDENAMOS estos hechos de violencia en contra de las mujeres, y solicitamos:

1. A la Fiscalía General de la Nación y a las autoridades competentes, para que se juzgue de forma pronta, oportuna y eficaz los feminicidios de Glenis Antonia Montero Villazon, Monica Martinez Flores, ´Bercelia´ Arias, Hilda Pacheco Solís y Petronila Pacheco Solís, ejercicio que necesariamente debe articularse con las autoridades indígenas y el Cabildo Indígena del Resguardo Indígena Kankuama.

2. A la Alta Consejería Presidencial para la Equidad de la Mujer para que, en alianza con la Organización de Mujeres Indígenas Kankuamas y teniendo en cuenta un enfoque diferencial, genere espacios de formación para la prevención de las violencias en contra de las mujeres.

3. Al Estado Colombiano para que en cumplimiento de los Autos 092 de 2008 y 004 de 2009 y el Decreto Ley 4633 de 2011, se garantice que en adelante hechos de feminicidios y violencias en contra las mujeres, que a todas luces ponen en riesgo nuestra pervivencia física y cultural, no vuelvan a ocurrir y que se incentiven los ejercicios de reparación colectiva a los que haya lugar.

Por último reconocemos que los ataques indiscriminados contra las mujeres, niños y niñas indígenas se mantiene como una práctica constante y generalizada en territorios indígenas, siendo esta una estrategia de persecución que pone en riesgo nuestra pervivencia física y cultural. Así mismo afirmamos que las violencias en contra de las mujeres son una vulneración a los Derechos Humanos, por lo tanto nos comprometemos a luchar por su erradicación entendiendo este hecho como una expresión de respeto a nuestra Ley de Origen y a la Madre Tierra reflejada en cada una de las mujeres kankuamas, parte estructural de la fuerza y el fuego de nuestra organización.

“Nuestro proceso organizativo es como un pequeño arroyo que baja impasible desde la nevada. Su fuerza solo se conoce cuando llega al valle convertido en un río que ya no tiene regreso” Jasaima Talco Arias

Autoridades Indígenas del Pueblo Kankuamo y la Organización de Mujeres Indígenas Kankuamas.

RESGUARDO INDÍGENA KANKUAMO

Sierra Nevada Cesar, comunidad de Chemesquemena, 9 de agosto de 2012.

Contacto: Delvis Estrada Arias, Coordinadora OMIK Cel.: (57) 317 513 1434

Jaime Enrique Arias, Cabildo Gobernador Kankuamo Cel.: (57) 315 747 4606

Correo – e: [email protected]

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