“OPERACION GÉNESIS”: 9 AÑOS DE ARRASAMIENTO EN LA IMPUNIDAD

 

A las 5:30 a.m. el 24 de febrero de 1.997 se dio inicio a la llamada operación 004 “Génesis” de la Brigada 17 con bombardeos aéreos para enfrentar al Frente 57 de las FARC EP. Operación de tres días, que gracias al silencio institucional, a la distorsión mediática y a la impunidad se ha extendido con nuevos nombres durante 9 años.

Ese 24 de febrero, fue el comienzo del desarraigo de más de 4.000 afrocolombianos de los ríos Cacarica, Salaquí y Truandó. Durante cuatro días, hasta el 27 de febrero, se desató una actuación militar que combinó operaciones por tierra y por agua del Batallón 35 con centenares de efectivos armados y de “civiles” armados vestidos de camuflado, con armas largas, y granadas que se dirigieron contra los habitantes de estas cuencas del bajo Atrato en el Chocó, en los límites con Panamá, bajo el nombre de “Autodefensas Campesinas de Córdoba y Urabá”.

 

Con el paso de los días, mientras el pestilente olor a dinamita transformaba el ecosistema, los ranchos abandonados se erigían como monumento de la destrucción, las casas humeantes oscurecían el verano, los ríos hacían eco del llanto con siembras abandonadas y la espesa selva templo del silencio, quedo claro que la operación contrainsurgente era contra los pobladores civiles. Nunca hubo combate alguno, no había guerrilla. Los afrodescendientes se vieron obligados a huir a Panamá buscando refugio, a Turbo y a Bocas del Atrato, a donde les ordenaron salir, allí la policía los recibiría. Con el paso de los días la verdad empezó a fluir, la estrategia militar del Estado también era la misma estrategia paramilitar.

El control de tipo paramilitar en La Loma del Cacarica, el Parque Nacional de los Katíos y en La Balsa se asoció a intereses económicos. Poco a poco la selva primaria fue arrasada por empresas madereras que iniciaron sus exportaciones al Norte. Poco a poco se vio como mientras los afrocolombianos huían de sus tierras para salvar sus vidas, nuevos habitantes, colonos traídos como parte de la estrategia de seguridad se apropiaron de las tierras colectivas. Poco a poco se constató que la militarización era la condición para los proyectos agroindustriales del banano y de la palma, de la carretera panamericana, de la fibra óptica, del poliducto.

En esos días cuando llegaron por tierra a Bijao Cacarica, mientras continuaban los bombardeos tomaron al afrocolombiano MARINO LOPEZ, luego de obligarlo a bajar unos cocos para refrescarse, los armados lo intimidaron, le cortaron en varias partes su cuerpo sagrado. Como la muerte violenta es una gracia, y un recreo criminal, jugaron fútbol con su cabeza enfrente del resto de afrodescendientes allí presentes. Era el tiempo de la memoria, era el ritual de la nueva esclavitud, la que años después en el 2001 a través de la estrategia paramilitar se anunció: “Ha llegado el tiempo del progreso”, mientras con desparpajo mostraban semillas de palma, de coca y dólares. Y luego asesinaron a JESUS SERNA y desde ese tiempo hasta hoy 85 víctimas de asesinatos, de desapariciones y de tortura.

La operación de esos días fue comandada por el General RITO ALEJO DEL RIO ROJAS, quién resultó precluido -absuelto de responsabilidad penal- de sistemáticas violaciones de derechos humanos y crímenes de Lesa Humanidad cerca de 200 documentados, de millares más y de su responsabilidad en esta actuación militar en marzo de 2004, por el Fiscal General de la Nación LUIS CAMILO OSORIO

Hoy el General RITO ALEJO DEL RIO aspira a ser senador de la República de Colombia en uno de los grupos políticos que apoya al Presidente ALVARO URIBE VELEZ

Los responsables institucionales gozan de plena libertad en las calles, en sedes políticas, los “civiles” armados gozarán de la ley 975. Todos gozan, mientras exportan las ganancias bananeras, mientras invierten en tierras usurpadas, la impunidad jurídica, la impunidad social, la impunidad religiosa, la impunidad política hoy hace de los victimarios las víctimas. Las víctimas judicializadas y sometidas a una presión militar inusitada de nueva destrucción de sus mentes, de sus cuerpos, de sus almas.

Pero entre las cenizas del “Génesis”, la Creación en el Cacarica. Afrodescendientes, mestizos e indígenas en su Territorio afirmado su derecho a la Memoria y a la Justicia, a pesar del silencio, del olvido, del terror. 9 años de andadura por Verdad, por Justicia y por Reparación. 9 años desde los ancestros con otros pueblos afirmando dignidad.

Bogotá D.C., 24 de febrero de 2006

Comisión Intereclesial de Justicia y Paz

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