EL PADRE DE LA DIRECTORA Y LA HIJA DEL GENERAL

Si bien los medios que “construyen”
opinión han hecho eco del gobierno al resaltar el
nombramiento particular de una civil en esta
responsabilidad,es casi
inevitable hacerse un par de preguntas, sobre el
perfil y antecedentes laborales de la señora Gil.

 

 

En días pasados nos enteramos del nombramiento de la
señora Luz Marina Gil como directora de la Justicia
Penal Militar, si bien los medios que “construyen”
opinión han hecho eco del gobierno al resaltar el
nombramiento particular de una civil en esta
responsabilidad, como el intento de higienizar una
institución, ya muy manchada por notables y
sistemáticos escándalos en todos los campos, es casi
inevitable hacerse un par de preguntas, sobre el
perfil y antecedentes laborales de la señora Gil.

El padre de la directora: El general (r) Ramón Emilio
Gil Bermúdez después de recibir el curso sobre
estrategia de inteligencia combinada arribó al
cimitarra por allá en el año de 1981 para apoyar el
fortalecimiento de los grupos paramilitares que se
habían conformado en la inspección de policía de San
Juan Bosco La Verde del municipio de Santa Helena del
Opón . Este notable combatiente que fue agregado
militar en Washington y quien terminara su carrera con
el mas alto cargo al que se puede aspirar dentro de
esta institución, estuvo comprometido además, en
serías investigaciones por la creación, dirección, y
protección de MAS.

Pero como los hijos no pueden ser estigmatizados por
los crímenes de sus padres también podríamos
preguntarnos sobre algunos antecedentes de la hija del
general. La futura directora de la Justicia Penal
Militar, fue comisionada en la Cancillería para
coordinar la creación del Grupo de Apoyo de Defensa
Internacional del Estado, frente a los casos como el
de Mapiripán, La Rochela y Pueblo Bello, es decir esta
señora fue una de las mayores escuderas del Estado a
la hora de matizar su responsabilidad en crímenes de
lesa humanidad en el sistema interamericano.

Su desempeño dentro de el nuevo cargo será
fundamental, en la dirección y desarrollo de las
investigaciones de varios y sonados escándalos que
manchan o mejor identifican la institución militar, ya
veremos si es la impunidad la que reina en este
nombramiento de un Estado que paga favores y que ella
misma califica como “una consideración muy especial
del ministro de Defensa”.

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