Dentro de los siete puntos del pliego se encuentran, democratizar la universidad, que las autoridades académicas y administrativas sean elegidas por los docentes y los estudiantes, extender a 18 semanas el calendario académico, revisar los bajos índices de calidad de la universidad y especialmente que se disminuyan las matrículas incrementadas hasta en un 200%.
Aunque ha transcurrido un mes desde que Benítez iniciara esta forma de presión para hacerse escuchar, el consejo directivo de la universidad no le ha permitido hablar, han desconocido al estudiantado que en estos momentos no está recibiendo clases.
Día a día sus condiciones de salud se han deteriorado, pasó de 89 a 75 kilos. Jorge Bolívar, médico de la universidad, ha expresado su preocupación por una posible insuficiencia renal, producto de la acumulación de sales al ingerir durante este tiempo suero oral. La debilidad no lo deja levantarse de la carpa que se encuentra en el primer piso del campus.
Pese a que varios compañeros del manifestante le han sugerido que levante la huelga de hambre, él ha dicho: “Iré hasta las últimas consecuencias con tal de que la región del Caquetá que está en el olvido pueda tener una universidad que realmente se preocupe por los jóvenes y por formar una región que está en medio del conflicto armado para que por medio de la educación salgamos adelante”.
Se ha construido un blog donde se están narrando los hechos ocorridos diariamente: http://www.maguare.org
