Bogotá, 29 de febrero de 2024. La Fiscalía General de la Nación declaró que el asesinato de Gustavo Soler Mora, dirigente sindical de Sintramienergetica, es un crimen de lesa humanidad. Por lo tanto, la investigación penal es imprescriptible, es decir, que el Estado debe investigar su crimen sin excusarse en la terminación del plazo temporal de la acción penal.  

Gustavo Soler denunció la colaboración de la multinacional de carbón Drummond con grupos paramilitares, concretamente en su financiación a través de la contratación de la alimentación y la provisión de combustible para la estructura criminal. El dirigente sindical también denunció los crímenes cometidos en contra de sus compañeros, entre ellos, Valmore Locarno Rodríguez y Víctor Hugo Orcasita, quienes fueron asesinados en marzo de 2001. 

En su resolución, la Fiscalía destacó que el asesinato de Soler Mora no se trató de un hecho aislado, sino que hizo parte de un plan criminal sistemático y generalizado dirigido en contra de los integrantes de Sintraminergética, “a quienes acusaban a viva voz de ser afines a la insurgencia, por su rol específico, por su activismo sindical, por su lucha en pro de la reivindicación de los derechos y mejores condiciones laborales de los trabajadores de la multinacional Drummond LTD”. 

La Entidad también enfatizó que las pruebas demostraron los múltiples ataques y amenazas de los que fueron víctimas la junta directiva de la seccional del sindicato de la empresa Drummond, así como la estigmatización orquestada hacia los trabajadores sindicalizados. Según la resolución de la Fiscalía, para el año 2001 en nuestro país fueron asesinados 371 dirigentes sindicales y 1370 afiliados a estas agremiaciones. 

“El homicidio de Gustavo Soler se presentó en el marco de una política de exterminio físico de la que fueron blanco los afiliados al sindicato de Drummond. Esa política, ese plan orquestado por los paramilitares y la multinacional, se materializó en desplazamientos forzados, homicidios de los dirigentes de la Seccional del Paso, Cesar, y exilios de trabajadores. Se conoce que los paramilitares tenían una lista de los sindicalistas que debían asesinar,” explicó la abogada Yessika Hoyos, presidenta del Colectivo de Abogados y Abogadas José Alvear Restrepo (Cajar) y representante de las víctimas. 

Destacó también que en su momento hubo un reconocimiento del riesgo que tenían la dirigencia de Sintramienergética, por lo que se les asignó un esquema de seguridad precario, integrado por agentes del DAS y funcionarios del Ministerio de Protección. 

Además, la abogada enfatizó en la importancia de que los funcionarios judiciales adelanten de manera diligente las investigaciones de graves violaciones a los derechos humanos, dentro de un plazo razonable para lograr el esclarecimiento de los hechos y el enjuiciamiento de todos los responsables, así como garantizar a las víctimas sus derechos a justicia y verdad. 

Los hechos  

El 6 de octubre de 2001 Gustavo Soler Mora se encontraba en Valledupar elaborando con sus compañeros del sindicato el pliego de peticiones que entregarían a la multinacional Drummond, el cual repercutiría en mejores condiciones salariales y de seguridad laboral, así como en el bienestar de la comunidad en general.  

Al finalizar, fue al terminal y se subió en un bus de Brasilia que lo llevaría a Chiriguaná, Cesar. En el trayecto, paramilitares detuvieron en vehículo, lo obligaron a bajarse y lo asesinaron. Su cuerpo fue encontrado posteriormente a la orilla de la vía pública, dos kilómetros antes del corregimiento de Rincón Hondo.