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Un grupo de congresistas estadounidenses demócratas, liderados por los representantes Tamy Baldwin, James McGovern y Jan Schakowsky, remitieron el pasado 15 de agosto, una carta al presidente Obama, manifestándole su desacuerdo frente al convenio militar entre Bogotá y Washington por las 7 bases militares que contarán próximamente con personal norteamericano en Colombia.
En la carta, los 15 legisladores firmantes le insisten para que tenga cuidado con cualquier aumento de la ayuda militar “y la presencia en Colombia debido a las preocupaciones de que mayor participación militar estadounidense agravará la fallas de Plan Colombia”
Así mismo le informan sobre sus preocupaciones frente a las denuncias de varias organizaciones de derechos humanos por las ejecuciones extrajudiciales, desapariciones y desplazamiento forzado, entre otras violaciones a los derechos humanos, generalmente perpetrada por militares colombianos.
Según los congresistas, “mayor presencia militar estadounidense en Colombia seguirá sobreenfatizando la financiación de las fuerzas armadas colombianas en vez de los esfuerzos necesarios para el desarrollo y estado de derecho”
[Carta firmada por 16 congresistas estadounidenses sobre la ampliación de la intervención militar estadounidense en Colombia.]
Congreso de Estados Unidos Washington D.C. 20515
15 de Septiembre de 2009
Presidente Barack Obama
La Casa Blanca
1600 Pennsylvania Avenue, NW
Washington D.C. 20500
Estimado Sr. Presidente Obama:
A nuestro entender Estados Unidos y Colombia están en negociaciones para incrementar el acceso estadounidense a una red ampliada de bases militares colombianas con el fin de apoyar esfuerzos antinarcóticos. Le escribimos para pedirle insistentemente cuidado con cualquier aumento de la ayuda militar y la presencia en Colombia debido a las preocupaciones de que mayor participación militar estadounidense agravará la fallas de Plan Colombia.
Entre los años fiscos de 2000 y 2008, Estados Unidos entregó más de $6 mil millones de dólares en asistencia militar y no militar a Colombia como parte de Plan Colombia. Esta financiación apoyó la erradicación de cultivos de coca y amapola, la interdicción de cargamentos de narcóticos, y el entrenamiento y apoyo material para la fuerza pública colombiana. La asistencia estadounidense también apoyó el desarrollo alternativo de cultivos para que los agricultores tuvieran fuentes alternativas de ingreso.
A pesar de esos miles de millones de dólares invertidos por Estados Unidos, el Plan Colombia no ha sido exitoso. Según un informe de la Oficina General de Contabilidad (GAO) de octubre de 2008 (GAO-09-71), [1] “No se ha logrado la meta de Plan Colombia de reducir el cultivo, procesamiento y distribución de narcóticos ilegales por medio de concentrar en los cultivos de coca”. De hecho, según este informe, el cultivo de coca y la producción de cocaína se ha incrementado en Colombia.
Además de serias dudas sobre el valor de los esfuerzos de erradicación, tenemos fuertes preocupaciones sobre las violaciones a los derechos humanos perpetradas por los militares colombianos. Organizaciones de derechos humanos han documentado la participación de la fuerza pública colombiana con grupos paramilitares ilegales, que en múltiples ocasiones realizaron asesinatos extrajudiciales, desapariciones y desplazamientos de campesinos colombianos, afrocolombianos e pueblos indígenas. Por ejemplo, Amnistía Internacional, encontró que entre junio de 2006 y junio de 2007 al menos 280 civiles fueron asesinados extrajudicialmente por parte de la fuerza pública colombiana y que muchos de ellos fueron presentados posteriormente por esta fuerza como guerrilleros dados de baja en combate . La Colombia Support Network literalmente ha documentado cientos de actos de abuso por parte del Ejército colombiano durante los últimos tres años [2] , y según Human Rights Watch, las fuerzas armadas colombianas se han involucrado en “asesinatos sistemáticos de civiles” y la Fiscalía General de la Nación está investigando casos que implican más de 1.700 presuntas víctimas [3] .
Durante la reciente cumbre de la Unión de Naciones Suramericanas, convocada expresamente para tratar el convenio militar entre Colombia y Estados Unidos, todos los países en la región, salvo Perú, expresaron una preocupación seria sobre los términos del convenio y la manera en la cual se negoció. Este pacto amenaza con dificultar sus esfuerzos en reanudar las relaciones con nuestros vecinos en el hemisferio bajo términos de respecto mutuo.
Los fracasos de Plan Colombia subrayan nuestra preocupación de que mayor presencia militar estadounidense en Colombia seguirá sobreenfatizando la financiación de las fuerzas armadas colombianas en vez de los esfuerzos necesarios para el desarrollo y estado de derecho. Esperamos que ejerza cuidado en las negociaciones para incrementar la asistencia y presencia militar estadounidense en Colombia.
Atentamente,
[suscriben]
Tammy Baldwin, miembro del Congreso
James P. McGovern, miembro del Congreso
Jan Schakowsky, miembro del Congreso
Russ Feingold, Senador
Raúl Grijalva, miembro del Congreso
Barbara Lee, miembro del Congreso
George Miller, miembro del Congreso
José E. Serrano, miembro del Congreso
Lynn Woolsey, miembro del Congreso
Rush Holt, miembro del Congreso
Chaka Fattah, miembro del Congreso
Pete Stark, miembro del Congreso
James L. Oberstar, miembro del Congreso
Keith Ellison, miembro del Congreso
Bob Filner, miembro del Congreso
Dennis Kucinich, miembro del Congreso
Con copia a:
La Honorable Hillary Clinton
El Honorable Robert Gates
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