MILITARIZACION DE AMERICA LATINA:UN FENOMENO PELIGROSO QUE LA PRENSA OCULTA

La militarización de América Latina es cada vez más peligrosa. El gasto militar en la región ha ido en aumento en la misma medida que el Comando Sur de Estados Unidos (ussouthcom) fue ejerciendo un mayor control sobre sus áreas de influencia, especialmente a partir de setiembre de 2001. Los datos más recientes indican que en 2005 el incremento alcanzó un 7,2 por ciento con respecto al año anterior.

 

Una buena parte de ese gasto de miles de millones de dólares se concentra en la densa red militar que Washington despliega sobre su patio trasero y que incluye la instalación de nuevas bases, movilización de tropas, ejercicios y operativos conjuntos, compra de armas y adoctrinamiento de cuadros militares de las fuerzas armadas latinoamericanas.

Los especialistas en la materia advierten que la expansión militar estadounidense forma parte de un proyecto de recolonización continental que también abarca el campo económico, con los tratados de libre comercio, y el político, con las alianzas bilaterales que pretenden disminuir la influencia de algunos gobiernos progresistas en América del Sur.

Pero el fenómeno se vería incompleto sin los grandes medios de comunicación, que funcionan como instrumentos culturales para disciplinar o lograr el consenso de la sociedad en función del mismo proyecto.

TENDENCIAS

El Observatorio de Medios de la Agencia Periodística del MERCOSUR (APM) da cuenta de ese comportamiento en un estudio que llevó a cabo del 1 al 31 de mayo sobre seis diarios de Argentina, Colombia y México.

El informe final de la investigación, que se presentó días atrás en la Facultad de Periodismo y Comunicación Social de la Universidad Nacional de La Plata (UNLP), sostiene que el problema de la militarización de América Latina “ocupa un lugar marginal dentro de la agenda informativa” de los medios. Además, agrega que la incidencia del tema “entre los géneros, las secciones y las ubicaciones en páginas es casi irrelevante en relación al tratamiento dado a otros ítems de las respectivas propuestas noticiosas”.

Estas tendencias se observaron en casi todos los diarios que conformaron la muestra del estudio, entre ellos, Clarín y La Nación, de Buenos Aires; El Espectador y El Tiempo, de Bogotá; y El Universal, de México df. En general, no sólo coinciden en quitarle jerarquía a la militarización regional dentro de la agenda, sino además en tratar el tema desde la perspectiva del discurso y de la práctica política estadounidense.

“Si tenemos en cuenta la importancia estratégica del tema y la paralela poca relevancia que esos cinco medios le dan a la cuestión, como así también los enfoques y la semántica con que aparecen las pocas piezas referidas a la misma, concluimos que en todos los casos estamos ante verdaderas operaciones de ocultamiento, funcionales a la estrategia enunciada por el gobierno de Estados Unidos”, subraya el documento.

Las pruebas más significativas de tales conclusiones se hallaron a partir del análisis de diversas fuentes informativas que utilizaron los periódicos para construir sus respectivas piezas periodísticas. Según surge de la comparación de textos y enfoques, las fuentes concuerdan con el material de prensa y los papers reservados de las embajadas y de los servicios de inteligencia de Washington.

El estudio explica que, en gran medida, esa uniformidad en el tratamiento se logra gracias a la pertenencia a un mismo grupo, donde se comparten intereses corporativos y posturas de clase. En el caso de los medios observados, muchos de ellos confluyen en el Grupo Diarios de América (GDA), un consorcio de la prensa hegemónica de 11 países latinoamericanos.

De todas formas, las mismas estrategias no siempre generan los mismos resultados, porque también inciden las particularidades coyunturales de cada territorio. El Observatorio de APM menciona, en este sentido, el ejemplo de Colombia, donde los diarios pierden eficacia a la hora de desplazar el tema de la agenda por las propias dimensiones del cuadro militar que vive el país con el Plan Colombia.

EXCEPCIÓN A LA REGLA

De los seis medios monitoreados por APM, sólo el diario mexicano La Jornada se distanció del ocultamiento sistemático de la militarización de América Latina y de las posturas funcionales a la Casa Blanca. Por el contrario, el periódico presenta un seguimiento constante del tema e identifica el proceso como una estrategia económico-política del sistema de poder hegemónico que atenta contra los intereses de la región.

Según el informe, La Jornada “toma posición casi editorial contra el Plan Colombia, contra las políticas estadounidenses para la Triple Frontera y contra la militarización de la frontera mexicano-estadounidense, haciendo responsable de la misma al gobierno de George W Bush”.
Se destaca, además, que fue el único medio que inscribió la crisis carcelaria de Brasil dentro del marco de la llamada guerra de baja intensidad, “señalando no sólo las graves violaciones a los derechos humanos cometidas por las fuerzas policiales sino destacando el rol fundamental que juega la pobreza en estos escenarios y su manipulación en las esferas políticas, militares y de seguridad”.

INTENCIONALIDAD EDITORIAL

El monitoreo de los datos relevados por el Observatorio de APM estuvo a cargo de un equipo de docentes y estudiantes avanzados de la Facultad de Periodismo y Comunicación Social de la UNLP, que combinó lineamientos de análisis cuantitativos y cualitativos, en el marco de un modelo teórico-metodológico propio denominado “intencionalidad editorial”.

Víctor Ego Ducrot, director del Observatorio y de la Agencia Periodística del MERCOSUR, explicó a BRECHA que “por intencionalidad editorial se entiende el conjunto de informaciones y reflexiones fundadas, constatables y confirmables, según fuentes, que a su vez permiten descubrir qué discurso de clase o de grupo se esconde detrás del discurso con pretensiones de validez universal. Es decir, cuál es la parcialidad transformada en objetividad”.

Se trata de una perspectiva de análisis que aborda al periodismo como proceso, en tanto se articulan relaciones entre un plano simbólico, o discursivo, y otro material, o económico-político de cada medio.

Desde el modelo de intencionalidad editorial se sostiene que el objetivo final de las producciones periodísticas es la creación de sentidos comunes hegemónicos. “La mayor o menor eficacia de esas operaciones dependerá del éxito con que las parcialidades de clase sean presentadas y aceptadas como parcialidades universales y para ello todo sistema de producción periodística apela al mito de la objetividad, en el sentido de presentar a la misma asociada con una parcialidad específica”, agregó Ego Ducrot.

Mercosur

De la misma forma en que se examinó el comportamiento de los medios sobre la militarización de América Latina, el Observatorio de APM realizó un segundo estudio para monitorear cuatro diarios argentinos en relación con el proceso de integración del Mercado Común del Sur (MERCOSUR).

La muestra, comprendida también durante el mes de mayo, tomó los casos de Clarín, Página 12, La Nación e INFOBAE. Vale la pena puntualizar algunos resultados para conocer cuál es el tratamiento de la prensa porteña al respecto.

En primer lugar, el MERCOSUR no es tomado como un tema de la agenda cotidiana de esos medios, sino que su inclusión depende del surgimiento de hechos noticiosos de relevancia.
Así sucedió con el conflicto argentino-uruguayo por las plantas de celulosa, la nacionalización de los hidrocarburos en Bolivia y la Cumbre de Viena entre países de América Latina y la Unión Europea. Durante las dos primeras semanas de mayo, el desarrollo de esos hechos elevó el tratamiento periodístico sobre el MERCOSUR, con picos en la agenda de hasta un 40 por ciento. Pero a partir de entonces la presencia de la temática fue retrocediendo hasta desaparecer.

Por otra parte, se observó que el discurso de cada uno de los diarios está orientado a universalizar diferentes concepciones del MERCOSUR que respondan a sus propias parcialidades de clase con el fin de “legitimar, convalidar, cambiar, transformar o destruir el proceso de integración vigente”.
De esta forma se registran dos medios (La Nación e INFOBAE) cuyas posturas e intereses afines a los sectores neoliberales los colocan en contra del bloque y a favor de los tratados de libre comercio que auspicia Estados Unidos en la región.

En el caso de Clarín no se advierte una postura abierta contra el bloque, aunque se lo presenta “bajo una crisis constante” y bajo la amenaza de aquellas políticas que el diario define como populistas y que personifica en las figuras de Hugo Chávez y Evo Morales.

Página 12, en cambio, es el diario que se muestra más permeable a adaptar el MERCOSUR a los cambios políticos que surgieron tras la crisis del paradigma neoliberal en América del Sur.

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