Este 9 de abril se conmemora el ‘Día nacional de la memoria y la solidaridad con las víctimas’. CAMBIO habló con Pilar Navarrete, del Movimiento de Víctimas de Crímenes de Estado (Movice), quien advierte que no están dadas las garantías de no repetición: “lo más importante es que las víctimas de crímenes de Estado podamos seguir haciendo memoria, seguir exigiendo sin tener miedo”.
Por: Alejandra Bonilla Mora
El Movimiento de Víctimas de Crímenes de Estado (Movice) cumple 20 años. Han sido dos décadas de una lucha política, social y jurídica para lograr el reconocimiento de una violencia sociopolítica que deja graves capítulos: desde el exterminio de la Unión Patriótica, los crímenes de líderes de la izquierda, campesinos y sindicalistas, y la persecución e intimidación de colectivos de abogados y estudiantes, hasta las ejecuciones extrajudiciales o las víctimas de la violencia policial.
Este 9 de abril se conmemora el ‘Día nacional de la memoria y la solidaridad con las víctimas’, y aunque las víctimas de agentes del Estado conmemoran el 6 de marzo, también aprovecharon esta oportunidad para exigir el cumplimiento de compromisos estatales que aún no se han logrado como las garantías de no repetición, que son una serie de medidas para prevenir que se sigan vulnerando los derechos humanos y reparar los daños causados.
CAMBIO habló con Pilar Navarrete, vocera nacional de la estrategia Verdad y Memoria del Movice, quien es familiar de Héctor Jaime Beltrán, desaparecido en el ataque al Palacio de Justicia en Bogotá en 1985.
CAMBIO: El Movice cumple 20 años de luchas. Hoy, cuando el país ha avanzado hacia la finalización del conflicto, ¿existe un reconocimiento de su labor o todavía el trabajo es largo?
Pilar Navarrete: Yo soy vocera de Memoria y Verdad del Movimiento y en esa sola estrategia sí creo que hay mucho camino por recorrer. Creo que el Estado, como tal, no ha respondido a las exigencias de las víctimas de crímenes de Estado, que son muy sencillas. Primero que todo, las garantías de no repetición, que permiten que esto no siga sucediendo, no han funcionado; al contrario, siguen ocurriendo cosas. Creo que a 20 años de haberse creado el Movice, en memoria, en verdad, en garantías de no repetición, en apoyo a las víctimas, todo lo prometido se ha quedado en palabras.
Quiero decir que estos 20 años que tenemos como movimiento de víctimas de crímenes de Estado nos ha costado asesinatos selectivos, desapariciones forzadas y desplazamientos. Lo más importante para nosotros son las garantías de repetición, que haya verdad, que haya memoria y que las víctimas de que crímenes de Estado podamos seguir exigiendo sin tener miedo.
CAMBIO: ¿Cómo se ve reflejado hoy las fallas en las garantías de no repetición?
P.N.: Nosotros siempre hemos exigido protección para las víctimas, sobre todo las que están en región: las más damnificadas, sin dejar atrás Bogotá. Yo soy víctima de un hecho gravísimo en Colombia que fue la toma y retoma del Palacio de Justicia, pues mi esposo fue desaparecido y siguen existiendo las desapariciones. En las regiones, la situación con las víctimas está muy difícil. Puede ser por el Eln o las disidencias de las Farc, pero todo esto se ve enmarcado en una cantidad de grupos armados que le han hecho mucho daño a la población.
El Estado, si da tierra a las víctimas, las entrega tranquilamente a sabiendas de que hay personas que están esperando que esto ocurra para asesinarlas. Lo que ocurre en Catatumbo es gravísimo, cómo también lo es lo que ha ocurrido con las personas que decidieron reinsertarse.
También vemos que varios murales han sido vandalizados. Eso es deshumanizar al país, quitarle la memoria. A muchas de las víctimas del Movice les ha tocado salir del país; a otras, conseguir adónde ir. Es un tema que no ha parado en 20 años; al contrario, uno ve que en cierto momento merma, pero siguen ocurriendo crímenes por agentes del Estado.
CAMBIO: Mencionaba el tema de los murales que borran en referencia a la pintada ‘Las cuchas tienen razón’, que se hizo como homenaje a las madres buscadoras que siempre advirtieron que en La Escombrera, en Medellín, podía haber restos humanos de desaparecidos y ahora la JEP les dio la razón. ¿A qué cree que se debe esta situación?
P.N.: Lo que pasó con el mural de ‘Las cuchas tienen razón’ es uno de los ejemplos más grandes de la falta de empatía y de que es necesario que las personas entiendan que esto sí existió, que hubo gente que fue botada como basura en La Escombrera. En Bogotá hubo cuatro murales que fueron borrados de la Universidad Pedagógica: uno que habla de Eduardo Loffsner, uno que habla de los ‘falsos positivos’, otro que habla de Carolina Garzón y de Carlos Pezgaza. Son cuatro murales que fueron vandalizados y a los que les escribieron cosas como ‘No más guerrilleros’. Queda claro que la gente no siente ese dolor como propio y, si lo ve, no le interesa, lo pasa por alto. Mucha gente se alegra y dice que ‘no dañen las paredes’, cuando tenemos una necesidad de plasmar nuestros sentimientos, nuestras fotos y nuestras frases que cuentan de lo que se ha vivido en el país.
CAMBIO: En el marco del del 9 de abril, ¿cuál sería su reflexión? ¿Qué debe hacerse para avanzar?
P.N.: El 9 de abril participamos en diferentes espacios, pero de una manera de muy diferente: no como el día que se institucionalizó como el Dia de las Víctimas, aunque claro que somos víctimas, pero para nosotros es más importante, muchísimo más valioso, el 6 de marzo. De todas maneras, ¿qué pensar sobre este día? Seguimos exigiendo, seguimos saliendo, seguimos haciendo charlas en los colegios y en las universidades, la formación política que ha sido una bandera importante en el Movice para exigir que no se sigan repitiendo los crímenes de Estado, que no siga ocurriendo toda esta vandalización de los murales, que se apoye a las víctimas. La gente cree que porque nosotros decimos que algunos militares cometieron delitos, o porque algunos han confesado delitos, odiamos a todos los militares, y no. Lo que nosotros queremos es justicia para todos.
En nuestras manos está el 9 de abril o el 6 de marzo, o todos los días para seguir contando que existimos como víctimas de crímenes de estado y que en 20 años, yo ya llevo 40 en esto, pero que en 20 años desde se creó el Movice, lo sentimos como un movimiento de apoyo, de solidaridad. Como dice la frase del Movice: ‘Somos semillas, somos memoria, somos el sol que renace ante la impunidad’: eso sentimos nosotros.
CAMBIO: Una de las temas clave es la petición de que se desclasifiquen archivos que tengan relación con graves crímenes como en el caso del ataque al Palacio de Justicia. ¿Cómo va eso?
P.N.: Nosotros hemos tenido oportunidad de ver algunos archivos del DAS a raíz de reclamos de nuestros abogados. Creo que es muy importante que esto se desclasifique para poder conocer qué hay ahí, qué nos cuenta de verdad. Nosotros hemos exigido muchísimo la verdad. La desclasificación de cualquiera de los archivos que se piden, es muy importante para esclarecer la verdad de muchas cosas. Si simplemente ellos consideran que no hay nada, pues dejar claro que eso está limpio. Pero ha sido una pelea porque hay muchas cosas ocultas. Estos archivos servirían muchísimo para la verdad y la memoria histórica del país. También queremos que haya desclasificación de los archivos de las conversaciones que se tuvo dentro del Palacio con Estados Unidos y todo el tratamiento que hubo antes y después de la toma.
CAMBIO: Nosotros hablamos de víctimas de crímenes de Estado en hechos como el Palacio de Justicia, los ‘falsos positivos’, toda la violencia de los años 79 y 80, la Unión Patriótica, pero también de la violencia policial…
P.N.: Aunque no está acogido así por la justicia, los hechos que ocurrieron en el estallido social y en algunas marchas son hechos que replican lo que ocurrió anteriormente. Los jóvenes perdieron sus ojos, hay una presión para que haya protesta, eso es una copia de todo lo que se ha vivido anteriormente. Entonces claro que se sigue repitiendo. En el movimiento tenemos muchas de las mamitas del estallido social que vienen con ese dolor vivo, como lo tuvimos nosotros hace mucho tiempo. Además, siguen existiendo desapariciones.